Para todos los gustos
Cesar Luis Menotti dijo alguna vez: “Si no fuese por Maradona o Pelé, el fútbol sería un deporte de 11 tipos contra 11 tipos intentando meter la pelota dentro de un arco”. Lo maravilloso de este deporte, es la variedad de formas que se consiguen hacer goles. Los programas deportivos suelen hacer resúmenes semanales de goles, y su juicio, seleccionan en un ranking los más destacados. Una tendencia es que en los primeros puestos lo obtengan los goles hechos desde afuera del área. Cuanto más lejos y más fuerte le pegan a la pelota, más impacto tiene y puede ganarse el podio con facilidad. Y si a eso le sumamos una pirueta puede ser premiado como el mejor gol del año. Tal como sucedió con los goles de Zlatan Ibrahimovic y Wayne Rooney. Por supuesto que todos los goles que llegan a ser elevados al título de golazos se disfrutan. Son el orgasmo visual de los que amamos el fútbol. El gol se puede convertir en golazo por la elaboración de juego o por virtud del jugador que define la acción. El volante puede tirar un centro y depende como resuelva el receptor, puede ser un golazo. Puede definir de cabeza y está muy bien, o puede hacer una chilena, una palomita o una volea. En el caso del centro bajo, el golazo lo convierte el jugador si de repente se le ocurre definir con el taco. En las jugadas dentro del área, donde se ensucia con rebotes, el atacante puede optar por cruzar su pierna hábil por detrás del pie de apoyo para convertir de rabona. Los habilidosos nos suelen regalar goles memorables esquivando rivales y definiendo frente al arquero o eludiendo a este último. Jugadores como Raúl se cansaron de hacer goles “de vaselina”. Ese toque artístico que le dan a la jugada amagando pegarle fuerte y elevando la pelota con sutileza. Uno disfruta ver el recorrido del balón mientras supera el cuerpo del arquero para ingresar al arco. Particularmente, al ser un deporte de equipo, disfruto los goles que tienen una elaboración colectiva; como nos acostumbraron equipos como Arsenal, Ajax o Barcelona. Varios toques o triangulación. Como argentino se me vienen a la mente dos goles mundialistas: el de Esteban Cambiasso ante Serbia y Montenegro, tras una serie interminable de pases. En el mundial de Estados Unidos 1994, Argentina convirtió un gol hermoso con una serie de pasos a un toque entre Maradona, Redondo y Caniggia. Una jugada que tiene el boche de oro de la definición de Maradona clavando su disparo al ángulo. Es entendible que influye mucho quien lo hace, la competencia y la instancia de la misma, como también el momento del partido. Un golazo a poco terminar el partido no tiene la misma consideración de la opinión pública que otro hecho en el desarrollo del encuentro. Por ejemplo, todos recordamos el golazo de volea de Zidane en la final de la Champions Leage. Mientras más avanzado esté el torneo, queda con más fuerza en la memoria de la gente. Hasta uno recuerda dónde y con quiénes vio el gol en ese momento. ¿Es injusto que no se valore de la misma manera un gol de tiro libre hecho por Messi que de un jugador de la liga de Guatemala, por ejemplo? Lo es. Pero hay una realidad: el jugador de Guatemala factura menos que la Superestrella argentina. De todos modos, existe una esperanza para esos jugadores ignotos: las redes sociales. Un usuario con una cantidad considerable de seguidores puede publicar su gol y darle la difusión que se merece.
Para todos los gustos
Cesar Luis Menotti dijo alguna vez: “Si no fuese por Maradona o Pelé, el fútbol sería un deporte de 11 tipos contra 11 tipos intentando meter la pelota dentro de un arco”. Lo maravilloso de este deporte, es la variedad de formas que se consiguen hacer goles. Los programas deportivos suelen hacer resúmenes semanales de goles, y su juicio, seleccionan en un ranking los más destacados. Una tendencia es que en los primeros puestos lo obtengan los goles hechos desde afuera del área. Cuanto más lejos y más fuerte le pegan a la pelota, más impacto tiene y puede ganarse el podio con facilidad. Y si a eso le sumamos una pirueta puede ser premiado como el mejor gol del año. Tal como sucedió con los goles de Zlatan Ibrahimovic y Wayne Rooney. Por supuesto que todos los goles que llegan a ser elevados al título de golazos se disfrutan. Son el orgasmo visual de los que amamos el fútbol. El gol se puede convertir en golazo por la elaboración de juego o por virtud del jugador que define la acción. El volante puede tirar un centro y depende como resuelva el receptor, puede ser un golazo. Puede definir de cabeza y está muy bien, o puede hacer una chilena, una palomita o una volea. En el caso del centro bajo, el golazo lo convierte el jugador si de repente se le ocurre definir con el taco. En las jugadas dentro del área, donde se ensucia con rebotes, el atacante puede optar por cruzar su pierna hábil por detrás del pie de apoyo para convertir de rabona. Los habilidosos nos suelen regalar goles memorables esquivando rivales y definiendo frente al arquero o eludiendo a este último. Jugadores como Raúl se cansaron de hacer goles “de vaselina”. Ese toque artístico que le dan a la jugada amagando pegarle fuerte y elevando la pelota con sutileza. Uno disfruta ver el recorrido del balón mientras supera el cuerpo del arquero para ingresar al arco. Particularmente, al ser un deporte de equipo, disfruto los goles que tienen una elaboración colectiva; como nos acostumbraron equipos como Arsenal, Ajax o Barcelona. Varios toques o triangulación. Como argentino se me vienen a la mente dos goles mundialistas: el de Esteban Cambiasso ante Serbia y Montenegro, tras una serie interminable de pases. En el mundial de Estados Unidos 1994, Argentina convirtió un gol hermoso con una serie de pasos a un toque entre Maradona, Redondo y Caniggia. Una jugada que tiene el boche de oro de la definición de Maradona clavando su disparo al ángulo. Es entendible que influye mucho quien lo hace, la competencia y la instancia de la misma, como también el momento del partido. Un golazo a poco terminar el partido no tiene la misma consideración de la opinión pública que otro hecho en el desarrollo del encuentro. Por ejemplo, todos recordamos el golazo de volea de Zidane en la final de la Champions Leage. Mientras más avanzado esté el torneo, queda con más fuerza en la memoria de la gente. Hasta uno recuerda dónde y con quiénes vio el gol en ese momento. ¿Es injusto que no se valore de la misma manera un gol de tiro libre hecho por Messi que de un jugador de la liga de Guatemala, por ejemplo? Lo es. Pero hay una realidad: el jugador de Guatemala factura menos que la Superestrella argentina. De todos modos, existe una esperanza para esos jugadores ignotos: las redes sociales. Un usuario con una cantidad considerable de seguidores puede publicar su gol y darle la difusión que se merece.
Para todos los gustos
Cesar Luis Menotti dijo alguna vez: “Si no fuese por Maradona o Pelé, el fútbol sería un deporte de 11 tipos contra 11 tipos intentando meter la pelota dentro de un arco”. Lo maravilloso de este deporte, es la variedad de formas que se consiguen hacer goles. Los programas deportivos suelen hacer resúmenes semanales de goles, y su juicio, seleccionan en un ranking los más destacados. Una tendencia es que en los primeros puestos lo obtengan los goles hechos desde afuera del área. Cuanto más lejos y más fuerte le pegan a la pelota, más impacto tiene y puede ganarse el podio con facilidad. Y si a eso le sumamos una pirueta puede ser premiado como el mejor gol del año. Tal como sucedió con los goles de Zlatan Ibrahimovic y Wayne Rooney. Por supuesto que todos los goles que llegan a ser elevados al título de golazos se disfrutan. Son el orgasmo visual de los que amamos el fútbol. El gol se puede convertir en golazo por la elaboración de juego o por virtud del jugador que define la acción. El volante puede tirar un centro y depende como resuelva el receptor, puede ser un golazo. Puede definir de cabeza y está muy bien, o puede hacer una chilena, una palomita o una volea. En el caso del centro bajo, el golazo lo convierte el jugador si de repente se le ocurre definir con el taco. En las jugadas dentro del área, donde se ensucia con rebotes, el atacante puede optar por cruzar su pierna hábil por detrás del pie de apoyo para convertir de rabona. Los habilidosos nos suelen regalar goles memorables esquivando rivales y definiendo frente al arquero o eludiendo a este último. Jugadores como Raúl se cansaron de hacer goles “de vaselina”. Ese toque artístico que le dan a la jugada amagando pegarle fuerte y elevando la pelota con sutileza. Uno disfruta ver el recorrido del balón mientras supera el cuerpo del arquero para ingresar al arco. Particularmente, al ser un deporte de equipo, disfruto los goles que tienen una elaboración colectiva; como nos acostumbraron equipos como Arsenal, Ajax o Barcelona. Varios toques o triangulación. Como argentino se me vienen a la mente dos goles mundialistas: el de Esteban Cambiasso ante Serbia y Montenegro, tras una serie interminable de pases. En el mundial de Estados Unidos 1994, Argentina convirtió un gol hermoso con una serie de pasos a un toque entre Maradona, Redondo y Caniggia. Una jugada que tiene el boche de oro de la definición de Maradona clavando su disparo al ángulo. Es entendible que influye mucho quien lo hace, la competencia y la instancia de la misma, como también el momento del partido. Un golazo a poco terminar el partido no tiene la misma consideración de la opinión pública que otro hecho en el desarrollo del encuentro. Por ejemplo, todos recordamos el golazo de volea de Zidane en la final de la Champions Leage. Mientras más avanzado esté el torneo, queda con más fuerza en la memoria de la gente. Hasta uno recuerda dónde y con quiénes vio el gol en ese momento. ¿Es injusto que no se valore de la misma manera un gol de tiro libre hecho por Messi que de un jugador de la liga de Guatemala, por ejemplo? Lo es. Pero hay una realidad: el jugador de Guatemala factura menos que la Superestrella argentina. De todos modos, existe una esperanza para esos jugadores ignotos: las redes sociales. Un usuario con una cantidad considerable de seguidores puede publicar su gol y darle la difusión que se merece.
Kroos, Schuster y la sobrestimación del pasado
Fuente Hace unos días navegaba en Twitter y me encontré con un tuit del famoso estadista futbolero español Alexis Martín Tamayo, mejor conocido como @Misterchip2010. En ese tuit, Alexis hacía referencia a Bernd Schuster y como es uno de los pocos jugadores en la historia que puede presumir de haber sido elegido tres veces entre los mejores tres jugadores del mundo, según la revista France Football. Hasta allí todo va bien, nada fuera de lo normal. Sin embargo me fije en uno de los comentarios y en la respuesta que brindó el propio Misterchip a uno de los usuarios que alegaba que Kroos es muchísimo mejor de lo que pudo ser Schuster como futbolista. Lo que me molestó de su respuesta es que humillara a este usuario y denigrara su opinión por el hecho de ser joven y no haber visto jugar a Schuster. A su vez, todo esto nació debido a una disputa entre Bernd Schuster y Toni Kroos, cuando el ex jugador alemán criticaba el mal momento de Kroos y lo catalogará como un “tractor diésel”. A su vez, el madridista le respondió a través de Twitter con un sarcástico “¿Quién es Schuster”; una respuesta a la altura de la crítica que recibió. En un comentario de Schuster hecho con toda maldad y que nace de la envidia de ver que un jugador alemán de esta generación, que puede o no ser mejor que él, haya obtenido los títulos y reconocimientos que el no tuvo de parte del mundo del fútbol. ¿A que quiero ir con todo esto? A que ambas situaciones nacen de una ridícula sobrestimación del pasado y de la creencia de que todo tiempo pasado fue mejor. Yo personalmente, jamás he sido partidario de comparar a jugadores de distintas épocas, porque me parece que esas comparaciones son odiosas y muchas veces fuera de lugar. Pero en estos casos no puedo simplemente permanecer callado ante situaciones que me molestan y que veo incomprensibles. Primero que nada, tengo que decir que yo obviamente no vi jugar a Schuster. Sé que en su época fue un gran jugador y uno de los mejores de su posición sin duda. También debo decir que, aunque Kroos es uno de los mejores mediocampistas de su generación, es un jugador raro y un poco sobrevalorado; del cual pareciera que jamás se pudiera decir nada malo de él, cuando la realidad es que tiene dos temporadas muy lejos de su mejor nivel. Con lo que no estoy de acuerdo y jamás lo estaré es con la constante sobreestimación del pasado en detrimento de la actualidad. Soy un profundo detractor de aquellos que dicen que el fútbol de antes era mucho mejor que el fútbol moderno. Creo que cada época tiene sus características particulares y los jugadores deben ser juzgados en su justa medida según el contexto correcto. Por ejemplo, Misterchip sacaba a relucir ese particular record de Schuster de haber sido elegido tres veces en la terna del Balón de Oro y es cierto, es un dato verídico. Pero se olvida de un pequeñísimo detalle: antes de 1995, el Balón de Oro de France Football sólo premiaba a jugadores europeos, es decir que los sudamericanos no contaban para este tipo de premios. En una época donde jugaban Zico, Maradona, Sócrates, Hugo Sánchez; resulta simplemente irrisorio que Bernd Schuster pueda ser el segundo mejor jugador del mundo. La realidad es que si todos los sudamericanos pudiesen haber sido elegibles en aquel entonces, Schuster no llegaba ni décimo, porque no era mejor que ninguno de ellos. Este pequeño, pero importantísimo detalle, hace que cualquier argumento respecto a las premios de aquella época carezca de validez alguna. Sin mencionar que en aquel entonces el Balón de Oro era un premio bastante extraño, que premiaba a cualquier jugador que hiciera las cosas más o menos bien. Si no me creen, revisen todos los Balones de Oro de esa época y se encontraran con ganadores y ternados que no tienen sentido. Comparar épocas es simplemente algo absurdo, porque sencillamente el fútbol no es el mismo, ha evolucionado por completo. El pasado esta sobrestimado y el presente infravalorado. No estoy a favor de uno o del otro, sólo creo que las cosas se sacan de contexto. Por ejemplo, se ningunea a muchos jugadores actuales, pero la realidad es que el fútbol moderno es más difícil y competitivo que antes. A veces creen que marcar 40 goles es cualquier cosilla cuando antes si un delantero marcaba 15 goles es porque tuvo una temporada superlativa. Todo esto sin mencionar que los defensas en la actualidad son mucho más técnicos y tácticos. Y podría seguir mencionando muchos más aspectos y ejemplos, pero se me irían 10 páginas más. Lo que quiero destacar es que no caigan en la tentación de comparar épocas a la ligera y mucho menos sin haberse informado al respecto; demuestren no ser estúpidos.
Kroos, Schuster y la sobrestimación del pasado
Fuente Hace unos días navegaba en Twitter y me encontré con un tuit del famoso estadista futbolero español Alexis Martín Tamayo, mejor conocido como @Misterchip2010. En ese tuit, Alexis hacía referencia a Bernd Schuster y como es uno de los pocos jugadores en la historia que puede presumir de haber sido elegido tres veces entre los mejores tres jugadores del mundo, según la revista France Football. Hasta allí todo va bien, nada fuera de lo normal. Sin embargo me fije en uno de los comentarios y en la respuesta que brindó el propio Misterchip a uno de los usuarios que alegaba que Kroos es muchísimo mejor de lo que pudo ser Schuster como futbolista. Lo que me molestó de su respuesta es que humillara a este usuario y denigrara su opinión por el hecho de ser joven y no haber visto jugar a Schuster. A su vez, todo esto nació debido a una disputa entre Bernd Schuster y Toni Kroos, cuando el ex jugador alemán criticaba el mal momento de Kroos y lo catalogará como un “tractor diésel”. A su vez, el madridista le respondió a través de Twitter con un sarcástico “¿Quién es Schuster”; una respuesta a la altura de la crítica que recibió. En un comentario de Schuster hecho con toda maldad y que nace de la envidia de ver que un jugador alemán de esta generación, que puede o no ser mejor que él, haya obtenido los títulos y reconocimientos que el no tuvo de parte del mundo del fútbol. ¿A que quiero ir con todo esto? A que ambas situaciones nacen de una ridícula sobrestimación del pasado y de la creencia de que todo tiempo pasado fue mejor. Yo personalmente, jamás he sido partidario de comparar a jugadores de distintas épocas, porque me parece que esas comparaciones son odiosas y muchas veces fuera de lugar. Pero en estos casos no puedo simplemente permanecer callado ante situaciones que me molestan y que veo incomprensibles. Primero que nada, tengo que decir que yo obviamente no vi jugar a Schuster. Sé que en su época fue un gran jugador y uno de los mejores de su posición sin duda. También debo decir que, aunque Kroos es uno de los mejores mediocampistas de su generación, es un jugador raro y un poco sobrevalorado; del cual pareciera que jamás se pudiera decir nada malo de él, cuando la realidad es que tiene dos temporadas muy lejos de su mejor nivel. Con lo que no estoy de acuerdo y jamás lo estaré es con la constante sobreestimación del pasado en detrimento de la actualidad. Soy un profundo detractor de aquellos que dicen que el fútbol de antes era mucho mejor que el fútbol moderno. Creo que cada época tiene sus características particulares y los jugadores deben ser juzgados en su justa medida según el contexto correcto. Por ejemplo, Misterchip sacaba a relucir ese particular record de Schuster de haber sido elegido tres veces en la terna del Balón de Oro y es cierto, es un dato verídico. Pero se olvida de un pequeñísimo detalle: antes de 1995, el Balón de Oro de France Football sólo premiaba a jugadores europeos, es decir que los sudamericanos no contaban para este tipo de premios. En una época donde jugaban Zico, Maradona, Sócrates, Hugo Sánchez; resulta simplemente irrisorio que Bernd Schuster pueda ser el segundo mejor jugador del mundo. La realidad es que si todos los sudamericanos pudiesen haber sido elegibles en aquel entonces, Schuster no llegaba ni décimo, porque no era mejor que ninguno de ellos. Este pequeño, pero importantísimo detalle, hace que cualquier argumento respecto a las premios de aquella época carezca de validez alguna. Sin mencionar que en aquel entonces el Balón de Oro era un premio bastante extraño, que premiaba a cualquier jugador que hiciera las cosas más o menos bien. Si no me creen, revisen todos los Balones de Oro de esa época y se encontraran con ganadores y ternados que no tienen sentido. Comparar épocas es simplemente algo absurdo, porque sencillamente el fútbol no es el mismo, ha evolucionado por completo. El pasado esta sobrestimado y el presente infravalorado. No estoy a favor de uno o del otro, sólo creo que las cosas se sacan de contexto. Por ejemplo, se ningunea a muchos jugadores actuales, pero la realidad es que el fútbol moderno es más difícil y competitivo que antes. A veces creen que marcar 40 goles es cualquier cosilla cuando antes si un delantero marcaba 15 goles es porque tuvo una temporada superlativa. Todo esto sin mencionar que los defensas en la actualidad son mucho más técnicos y tácticos. Y podría seguir mencionando muchos más aspectos y ejemplos, pero se me irían 10 páginas más. Lo que quiero destacar es que no caigan en la tentación de comparar épocas a la ligera y mucho menos sin haberse informado al respecto; demuestren no ser estúpidos.
Kroos, Schuster y la sobrestimación del pasado
Fuente Hace unos días navegaba en Twitter y me encontré con un tuit del famoso estadista futbolero español Alexis Martín Tamayo, mejor conocido como @Misterchip2010. En ese tuit, Alexis hacía referencia a Bernd Schuster y como es uno de los pocos jugadores en la historia que puede presumir de haber sido elegido tres veces entre los mejores tres jugadores del mundo, según la revista France Football. Hasta allí todo va bien, nada fuera de lo normal. Sin embargo me fije en uno de los comentarios y en la respuesta que brindó el propio Misterchip a uno de los usuarios que alegaba que Kroos es muchísimo mejor de lo que pudo ser Schuster como futbolista. Lo que me molestó de su respuesta es que humillara a este usuario y denigrara su opinión por el hecho de ser joven y no haber visto jugar a Schuster. A su vez, todo esto nació debido a una disputa entre Bernd Schuster y Toni Kroos, cuando el ex jugador alemán criticaba el mal momento de Kroos y lo catalogará como un “tractor diésel”. A su vez, el madridista le respondió a través de Twitter con un sarcástico “¿Quién es Schuster”; una respuesta a la altura de la crítica que recibió. En un comentario de Schuster hecho con toda maldad y que nace de la envidia de ver que un jugador alemán de esta generación, que puede o no ser mejor que él, haya obtenido los títulos y reconocimientos que el no tuvo de parte del mundo del fútbol. ¿A que quiero ir con todo esto? A que ambas situaciones nacen de una ridícula sobrestimación del pasado y de la creencia de que todo tiempo pasado fue mejor. Yo personalmente, jamás he sido partidario de comparar a jugadores de distintas épocas, porque me parece que esas comparaciones son odiosas y muchas veces fuera de lugar. Pero en estos casos no puedo simplemente permanecer callado ante situaciones que me molestan y que veo incomprensibles. Primero que nada, tengo que decir que yo obviamente no vi jugar a Schuster. Sé que en su época fue un gran jugador y uno de los mejores de su posición sin duda. También debo decir que, aunque Kroos es uno de los mejores mediocampistas de su generación, es un jugador raro y un poco sobrevalorado; del cual pareciera que jamás se pudiera decir nada malo de él, cuando la realidad es que tiene dos temporadas muy lejos de su mejor nivel. Con lo que no estoy de acuerdo y jamás lo estaré es con la constante sobreestimación del pasado en detrimento de la actualidad. Soy un profundo detractor de aquellos que dicen que el fútbol de antes era mucho mejor que el fútbol moderno. Creo que cada época tiene sus características particulares y los jugadores deben ser juzgados en su justa medida según el contexto correcto. Por ejemplo, Misterchip sacaba a relucir ese particular record de Schuster de haber sido elegido tres veces en la terna del Balón de Oro y es cierto, es un dato verídico. Pero se olvida de un pequeñísimo detalle: antes de 1995, el Balón de Oro de France Football sólo premiaba a jugadores europeos, es decir que los sudamericanos no contaban para este tipo de premios. En una época donde jugaban Zico, Maradona, Sócrates, Hugo Sánchez; resulta simplemente irrisorio que Bernd Schuster pueda ser el segundo mejor jugador del mundo. La realidad es que si todos los sudamericanos pudiesen haber sido elegibles en aquel entonces, Schuster no llegaba ni décimo, porque no era mejor que ninguno de ellos. Este pequeño, pero importantísimo detalle, hace que cualquier argumento respecto a las premios de aquella época carezca de validez alguna. Sin mencionar que en aquel entonces el Balón de Oro era un premio bastante extraño, que premiaba a cualquier jugador que hiciera las cosas más o menos bien. Si no me creen, revisen todos los Balones de Oro de esa época y se encontraran con ganadores y ternados que no tienen sentido. Comparar épocas es simplemente algo absurdo, porque sencillamente el fútbol no es el mismo, ha evolucionado por completo. El pasado esta sobrestimado y el presente infravalorado. No estoy a favor de uno o del otro, sólo creo que las cosas se sacan de contexto. Por ejemplo, se ningunea a muchos jugadores actuales, pero la realidad es que el fútbol moderno es más difícil y competitivo que antes. A veces creen que marcar 40 goles es cualquier cosilla cuando antes si un delantero marcaba 15 goles es porque tuvo una temporada superlativa. Todo esto sin mencionar que los defensas en la actualidad son mucho más técnicos y tácticos. Y podría seguir mencionando muchos más aspectos y ejemplos, pero se me irían 10 páginas más. Lo que quiero destacar es que no caigan en la tentación de comparar épocas a la ligera y mucho menos sin haberse informado al respecto; demuestren no ser estúpidos.