Yael Castiglione demuestra que posible: Maternidad y profesionalismo deportivo.
Si realizamos una lista mental de cuantos deportistas que conocemos son padres, descubriremos (sin mucho esfuerzo) que la paternidad es mucho más común en los deportistas varones que las mujeres. Tal vez por cuestiones meramente fisiológicos, por un ¿machismo inconsciente? o una mezcla de ambos, pero estamos acostumbrados a deportistas mujeres que dejan sus carreras deportivas a temprana edad al quedar embarazadas u otras que se ven impulsadas a ser madres adoptivas o mediante métodos artificiales. Hace pocas semanas el Diario Olé entrevistó a Yael Castiglione, ex jugadora de la selección argentina de Vóley, actual armadora en Pinheiros y madre de mellizos: mujer que demuestra que el deporte profesional y la maternidad son esferas compatibles y posibles. Yael Castigliano nació en Buenos Aires hace 35 años y comenzó a sus 9 a jugar al Vóley. 6 años después vistió por primera vez la celeste y blanca. Desde los 20 comenzó a jugar en el exterior, en países donde el vóley femenino es profesional, situación ausente en Argentina y causa por la que Castigliano (y muchas "Panteras") lucha incansablemente. En el año 2014 conoció a Marcus. Puede que en ese momento pensara en el deseo de ser madre pero tenía otra clase de objetivo en mente: la clasificación a los juegos olímpicos de Rio 2016 (vale aclarar que hasta ese momento la selección femenina de vóley no había logrado la clasificación nunca antes).Luego de lograr ese suceso histórico para el deporte argentino la jugadora se dio cuenta que un nuevo proceso olímpico de 4 años era mucho tiempo asi que dejó su carrera con "seguridad, tranquilidad y sin sentir la necesidad de volver". Sin embargo y contra todos sus pronósticos, la argentina volvió a la cancha solo algunos años después, con sus mellizos aun chicos, resignificando para todos nosotros(y porque no para ella misma) el significado de la maternidad. En algún tiempo nada lejano pensábamos que la madre debía quedarse cuidando a su hijos y criándolos, y si bien ya es moneda corriente una madre trabajadora, en el mundo deportivo esto sigue siendo algo lejano y exepcional. Ojalá que el ejemplo de Yael nos sirva como modelo para deconstruir lo que nos falte y nos siga impulsando a luchar por la maternidad deseada.