Messi y la pérdida de espíritu competitivo
Fueron prácticamente dos décadas de desempeñarse al máximo nivel posible. Fueron prácticamente dos décadas de someterse a las mayores exigencias que el deporte pueda impregnar sobre un atleta. Y, poco a poco, Lionel Messi se está despidiendo de ese espíritu ultra competitivo que lo caracterizó desde que saltó a la fama. Después de una era prácticamente imposible de igualar en Barcelona y de una estadía turbulenta y poco valorada en Paris Saint-Germain, el argentino tomó la decisión de recalar en un ámbito distendido y sin las abrumadoras exigencias que lo rodearon durante casi toda su vida. El hecho de haber conseguido la anhelada Copa del Mundo con la Selección Argentina le quitó una presión inmensa. Directamente le sacó una mochila absolutamente pesada de sus espaldas. Por ello, el nacido en Rosario, provincia de Santa Fe, tomó la decisión de dar un giro completo en su vida. Desembarcando en Inter Miami, Messi no solamente eligió su nuevo equipo sino también su nueva vida. Allí encontró contención, cariño y prácticamente ninguna presión. Sin ir más lejos, cuando se ausenta por cuestiones relacionadas a lo físico o simplemente por darle prioridad a la Albiceleste, casi nadie lo cuestiona. Sin lugar a dudas, naturalmente, este giro se ve condicionado por una pérdida de espíritu competitivo. Ya con 36 años de edad, Messi ha transitado un camino muy desgastante y agotador. Y desea que sus últimos años como profesional se vean envueltos por un tinte mucho más amigable.
Messi y la pérdida de espíritu competitivo
Fueron prácticamente dos décadas de desempeñarse al máximo nivel posible. Fueron prácticamente dos décadas de someterse a las mayores exigencias que el deporte pueda impregnar sobre un atleta. Y, poco a poco, Lionel Messi se está despidiendo de ese espíritu ultra competitivo que lo caracterizó desde que saltó a la fama. Después de una era prácticamente imposible de igualar en Barcelona y de una estadía turbulenta y poco valorada en Paris Saint-Germain, el argentino tomó la decisión de recalar en un ámbito distendido y sin las abrumadoras exigencias que lo rodearon durante casi toda su vida. El hecho de haber conseguido la anhelada Copa del Mundo con la Selección Argentina le quitó una presión inmensa. Directamente le sacó una mochila absolutamente pesada de sus espaldas. Por ello, el nacido en Rosario, provincia de Santa Fe, tomó la decisión de dar un giro completo en su vida. Desembarcando en Inter Miami, Messi no solamente eligió su nuevo equipo sino también su nueva vida. Allí encontró contención, cariño y prácticamente ninguna presión. Sin ir más lejos, cuando se ausenta por cuestiones relacionadas a lo físico o simplemente por darle prioridad a la Albiceleste, casi nadie lo cuestiona. Sin lugar a dudas, naturalmente, este giro se ve condicionado por una pérdida de espíritu competitivo. Ya con 36 años de edad, Messi ha transitado un camino muy desgastante y agotador. Y desea que sus últimos años como profesional se vean envueltos por un tinte mucho más amigable.
Messi y la pérdida de espíritu competitivo
Fueron prácticamente dos décadas de desempeñarse al máximo nivel posible. Fueron prácticamente dos décadas de someterse a las mayores exigencias que el deporte pueda impregnar sobre un atleta. Y, poco a poco, Lionel Messi se está despidiendo de ese espíritu ultra competitivo que lo caracterizó desde que saltó a la fama. Después de una era prácticamente imposible de igualar en Barcelona y de una estadía turbulenta y poco valorada en Paris Saint-Germain, el argentino tomó la decisión de recalar en un ámbito distendido y sin las abrumadoras exigencias que lo rodearon durante casi toda su vida. El hecho de haber conseguido la anhelada Copa del Mundo con la Selección Argentina le quitó una presión inmensa. Directamente le sacó una mochila absolutamente pesada de sus espaldas. Por ello, el nacido en Rosario, provincia de Santa Fe, tomó la decisión de dar un giro completo en su vida. Desembarcando en Inter Miami, Messi no solamente eligió su nuevo equipo sino también su nueva vida. Allí encontró contención, cariño y prácticamente ninguna presión. Sin ir más lejos, cuando se ausenta por cuestiones relacionadas a lo físico o simplemente por darle prioridad a la Albiceleste, casi nadie lo cuestiona. Sin lugar a dudas, naturalmente, este giro se ve condicionado por una pérdida de espíritu competitivo. Ya con 36 años de edad, Messi ha transitado un camino muy desgastante y agotador. Y desea que sus últimos años como profesional se vean envueltos por un tinte mucho más amigable.
Retiro en un clásico.
Un 27 de Julio pero en 1989 Daniel Passarella jugó su último partido oficial, decidió colgar los botines. Y de qué manera, fue en un superclásico, en la liguilla de pre Libertadores, el desempate fue en el José Amalfitani, porque tanto en la bombonera como en el monumental habían empatado 0-0. El desempate resultó 2-1 dejándole una buena despedida al defensor, ya que clasificaban a una final contra San Lorenzo para ver quien calificaría a la Libertadores 1990. Como jugador gano 7 títulos locales y fue partícipe de los dos planteles que ganaron la copa del mundo para argentina en 1978 y en 1986. A pesar de ser un defensor marco 178 goles en 556 partidos. Un verdadero genio dentro de la cancha. Matias Acuña (Instagram personal: @maty__yo) (Instagram profesional: @to2arriba)
Retiro en un clásico.
Un 27 de Julio pero en 1989 Daniel Passarella jugó su último partido oficial, decidió colgar los botines. Y de qué manera, fue en un superclásico, en la liguilla de pre Libertadores, el desempate fue en el José Amalfitani, porque tanto en la bombonera como en el monumental habían empatado 0-0. El desempate resultó 2-1 dejándole una buena despedida al defensor, ya que clasificaban a una final contra San Lorenzo para ver quien calificaría a la Libertadores 1990. Como jugador gano 7 títulos locales y fue partícipe de los dos planteles que ganaron la copa del mundo para argentina en 1978 y en 1986. A pesar de ser un defensor marco 178 goles en 556 partidos. Un verdadero genio dentro de la cancha. Matias Acuña (Instagram personal: @maty__yo) (Instagram profesional: @to2arriba)
Retiro en un clásico.
Un 27 de Julio pero en 1989 Daniel Passarella jugó su último partido oficial, decidió colgar los botines. Y de qué manera, fue en un superclásico, en la liguilla de pre Libertadores, el desempate fue en el José Amalfitani, porque tanto en la bombonera como en el monumental habían empatado 0-0. El desempate resultó 2-1 dejándole una buena despedida al defensor, ya que clasificaban a una final contra San Lorenzo para ver quien calificaría a la Libertadores 1990. Como jugador gano 7 títulos locales y fue partícipe de los dos planteles que ganaron la copa del mundo para argentina en 1978 y en 1986. A pesar de ser un defensor marco 178 goles en 556 partidos. Un verdadero genio dentro de la cancha. Matias Acuña (Instagram personal: @maty__yo) (Instagram profesional: @to2arriba)