Scorum / futbol

acabando el día de apoyo a la salud mental en el 2020 (y el primero que presenció con una consciencia amplia) me doy cuenta que por mucho de que haya muchos haciendo eco sobre la importancia de una buena salud mental no estamos en ese punto en el que debemos solo esperar a este día para darnos cuenta de algo así. La sociedad tiene una de estas frases muy marcadas con la que he llegado a diferir "todo va a estar bien al final, y si no esta bien significa que no es el final aun" y aquí es donde explotó.... Por qué tengo que esperar al "final" para que las cosas estén bien para mí? Dentro de esta sociedad me mantengo adormecida porque eso es lo que me ha llevado a sobrevivir. No, no tengo instinto suicida, pero siempre he batallado con el pensamiento de que todo estaría mejor si tan solo yo no fuera parte de esto y eso no es justo. Tratando de observarlo desde una perspectiva objetiva me encuentro que la debilidad en esta sociedad es malinterpretada en vez de ser apreciada y comprendida. Necesito ayuda para levantarme de la cama por las mañanas porque despierto mucho a mitad de la noche y eso es cuando logro dormir algo, solo porque siento que algo no está bien. No puedo llevar un día sin estructuras porque dejar espacios libres ayuda a mi cabeza a crear pensamientos intrusivo que no me ayudan para nada. No me gusta pensar en la vida de mis seres queridos porque me hace sentir ignorada y que no pertenezco, y aunque no les escriba ni a ellos ni a mis amigos todavía desbloqueo el teléfono con la esperanza de tener algún mensaje de alguien que quiera conservarme en su vida. Por muy malo que sea, los estándares establecidos de belleza ya están intrincados en mi adn y personalidad lo que me dificulta el tener una piel con textura, un peso voluble y problemas alimenticios y de baja autoestima y eso cuando me joden el gusto por un chico solo por la forma en la que su cara se ve en las fotos. Soñar despierta me ha mantenido con vida por más tiempo del que quisiera admitir. Soñar con una vida que creo que me merezco por la forma en la que soy con los demás a mi alrededor, sueño con cosas materiales que algún día serán mías y al mismo tiempo me siento culpable por no estar haciendo nada para lograr que esas cosas sean de mi propiedad. Sueño con la vida familiar perfecta en la que yo olvide el posible odio que pueda sentir por mi hermano y el resentimiento que no quiero afrontar que se ha estado incrementando con respecto a la relación que tengo con mis padres. Por más que ya sea una profesional sin trabajo me siento un fracaso, sin dinero me siento pobre, privando y limitándose de cosas no harán que las cosas duren más. Quisiera solo una vez dejar de pensar en tantas cosas al mismo tiempo, quisiera dejar de besar tantos traseros para que quiera permanecer en mi vida aún cuando me doy cuenta de que nadie merecía mi interés. Quisiera dormir toda una noche sin desvelarme para poder tener un sueño tranquilo, quisiera dejar de despertar cansada y solo estar feliz, quisiera recuperar las emociones que ya siento perdidas. Tengo un miedo Intenso de estar realmente entumecida a la realidad y en modo piloto automático, que pasara si no tengo ninguna de las cosas por las que tengo esperanza de tener una vida plena, que pasa si cuando vuelva a pasar algo que valga la pena yo no lo sienta de ninguna manera, que pasa si creo merecer cosas malas solo porque no he vivido las buenas. No quiero esperar hasta el final para que las cosas estén bien, no esta bien estar mal y hasta que no entendamos eso, no podremos apreciar la salud mental y ayudar a aquellos que están a unos centímetros de darse por vencidos con sus vidas. Porque no solo se muere al quitarse uno la vida, se deja de vivir cuando dejas de buscar una excusa para disfrutar de la vida.

Hablar de los deportes más practicados a lo largo y ancho del planeta resulta tremendamente paradójico para aquellos que los ejercitamos única y exclusivamente a través de la alta definición de nuestros modernos televisores. No obstante, resulta interesante comprobar cuáles son los deportes preferidos en todo el globo. El podio Y el primer puesto empieza con sorpresa, al menos para el que escribe: la natación. Lo cual confirma que el tópico aquel de que es el deporte más completo no es desconocido en el resto del mundo. Eso, unido a la constante recomendación médica para problemas vertebrales varios, lo aúpan al primer puesto. En el segundo puesto tenemos al todopoderoso fútbol, que todo lo llena, conversaciones con quien no ha visto un partido en su vida incluidas. Decía Jorge Valdano que "el fútbol es lo más importante de todo lo que no es importante". Y claro, qué le vas a rebatir a un argentino sobre fútbol. Bueno, sobre nada. Completa el medallero el voleibol. Uno de los deportes con los que a un servidor más le insistieron en su etapa de educación primaria, por la razón que fuera. Ese es todo el background que podemos ofrecer para tan noble deporte. Sorprende su puesto en la lista, eso sí. Mitad de la tabla A un pasito de la medalla de bronce tenemos al baloncesto. Los que no eran muy hábiles jugando a fútbol lo conocen bien. El deporte de Michael Jordan tiene su centro neurálgico en Estado Unidos, en una competición (NBA) donde los salarios de sus jugadores son galácticos y proceden a la conversión sistemática de cada partido en una celebración donde el básquet es casi lo de menos. El quinto puesto es para el tenis. Que viva uno de los mejores momentos de la historia de su disciplina contribuye seguramente a su alta posición en el ránking. No podemos pasar al siguiente lugar de la clasificación sin mencionar, por supuesto, a Rafael Nadal Parera. Probablemente, el mejor deportista de la historia en España y, seguramente, sean sus incontables éxitos deportivos lo menos reseñable en comparación a su enseñanza en valores. Para los más excéntricos En la segunda parte del ránking observamos la zona menos mainstream. Digamos que hay que tener un fuerte vínculo (emocional, sentimental o de tradición) para seguir con cierta regularidad los deportes que ocupan la segunda mitad de esta clasificación. Sin ir más lejos, el sexto puesto está en posesión del bádminton, disciplina que fue dada a conocer al gran público en España por la onubense Carolina Marín a través de sus gestas contra las jugadoras asiáticas (grandes dominadoras hasta la irrupción de la española). La lista la completan el béisbol, el balonmano, el hockey y el rugby. Todos con escasa profusión en nuestro país y en nuestro entorno. Los grandes olvidados Llama la atención que en la referida lista no apareza el atletismo, o en su defecto, el running. ¿Qué pasa con toda esa gente que inunda nuestras calles? ¿No es oficial su participación? En cualquier caso, y más allá de cualquier consideración o discrepancia, lo realmente importante (el deporte es salud) es practicar alguno, aunque no esté en la lista, como andar rápido, que ahora dicen que también es hacer deporte.