Un niño con nombre de filósofo griego asiste inmóvil a la escena en la que su padre está destruyendo el más preciado de sus tesoros: sus libros. Conocer los secretos detrás de esos libros y entender el pensamiento de los hombres se convirtió en el motor de un joven que encontró en el fútbol el escenario perfecto para mezclar deporte e ideas; alegría y compromiso social. Esta es la historia de Sócrates, el futbolista que marcó a un país dentro y fuera de la cancha.


Sócrates, el demócrata del fútbol (Parte I)


Democracia Corinthiana.

A finales de los años '70, Brasil vivía un momento de centralismo en el poder. Estaban sumidos en una dictadura militar donde unos pocos tomaban las decisiones del país. Sin embargo, la dictadura era consciente de que no podían perpetuarse en el poder, así que acordaron una salida del poder lenta y gradual. Todo esto hizo que empezara a haber un margen para las manifestaciones populares en Brasil, la gente podía salir más a la calle y pedir la vuelta de la democracia. El objetivo era las “Directas Ya”, para poder elegir al Presidente después de más de dos décadas. Fue ahí donde el fútbol desempeñó un papel muy importante.

El Corinthians se encontraba prácticamente al borde del descenso, el equipo y la afición estaban absolutamente desmoralizados. A final del año 1981 terminó asumiendo la dirección deportiva del equipo Adilson Monteiro, un sociólogo que poco sabía de fútbol, pero sí mucho sobre el hombre y la sociedad. Les dijo a los jugadores: “Ustedes tienen que decidir qué es lo que van a ser de aquí en adelante”. Tres de los jugadores que escucharon con atención estas palabras en ese momento glorioso fueron Sócrates y dos de sus compañeros, Casagrande y Wladimir. Quien diría que el encuentro de esos tres futbolistas singulares y un director deportivo muy especial cambiaría la historia del fútbol en Brasil.

El club empezó a hacer reuniones colectivas para que se decidieran las cosas todos juntos, este fue el nacimiento de la Democracia Corinthiana. El primer objetivo de esta iniciativa era interno, era el ejercicio de la libertad con responsabilidad por parte de un equipo de fútbol. Era una época en la que todo el mundo quería votar y participar, pero la dictadura lo impedía. Pero en el seno del Corinthians todo era diferente; desde el utilero hasta el presidente del club tenían que decidir sobre lo que querían hacer. Desde cosas como contratar un nuevo entrenador hasta lo más mínimo votaban, todos participaban de la vida política del club.

Por más loco que pareciera, esto fue todo un éxito ya que el equipo empezó a ganar. El resultado fue que el Corinthians se coronó dos veces consecutivas campeón del Torneo, en 1982 y 1983. Este equipo juntaba talento, habilidad y ganas de ganar con un sueño de una sociedad más libre e igualitaria. Sócrates decía: “Como voy a perder la oportunidad de hablar con los brasileños a partir de una cosa que todos entendemos, que es el fútbol”.

El equipo empezó a asumir actitudes de provocación. En el estadio siempre resaltaba la famosa pancarta con la frase “Ganar o perder, pero siempre con democracia”. Sólo el hecho de leer en los periódicos la palabra “democracia”, era algo alentador para los brasileños. Esta iniciativa elevó el nivel de conciencia política de las personas, le mostró a la gente lo importante que era que interviniesen en el proceso político a través del voto.

"Para mí lo ideal sería un socialismo perfecto, donde todos los hombres tengan los mismos derechos y los mismo deberes. Una concepción del mundo sin poder" - Sócrates

El movimiento “Directas Ya” significaba que el pueblo brasileño quería elegir al presidente de la República inmediatamente. Sócrates jugaba con una tobillera amarilla, que era el color de aquella campaña, estaba directamente comprometido con esta causa y se le podía ver asiduamente en este tipo de manifestaciones y reuniones sociales. El lema de este movimiento era “Todo el mundo tiene que participar, todo el mundo tiene que opinar. La voluntad de la mayoría tiene que ser escuchada”.

Fue entonces cuando el pueblo brasileño empezó a decir: “Esos futbolistas tienen razón. Debemos continuar con este movimiento porque Brasil lo necesita”. La verdad es que mucha gente se sintió identificada con Sócrates, un jugador de fútbol y titular de la Selección brasileña, saliendo a la calle a pedir el voto con banderas y pancartas. Esta era una imagen muy diferente a lo que el pueblo brasileño estaba acostumbrado a ver. Él llego a los aficionados de todos los equipos por medio de la Selección brasileña y por su innegable carisma, su carácter y su cálida personalidad.

"Muchas veces pienso si podremos algún día dirigir este entusiasmo que gastamos en el fútbol hacia algo positivo para la humanidad, pues a fin de cuentas el fútbol y la tierra tienen algo en común: ambos son una bola. Y atrás de una bola vemos niños y adultos, blancos y negros, altos y bajos, flacos o gordos. Con la misma filosofía, todos a fantasear sobre su propia vida". - Sócrates

La gente no veía en Sócrates a un jugador del Corinthians, veían a un representante de todo el pueblo brasileño, alguien que reflejada sus sufrimientos y sueños de un futuro mejor para todos. Sócrates y todos sus compañeros sabían dónde iban a terminar, indudablemente estaban llegando al poder. Finalmente Brasil recuperó la democracia en 1985 gracias a Sócrates, la Democracia Corinthiana y un pueblo luchador que ansiaba un cambio. La realidad es que hoy muchos brasileños saben lo que es la democracia gracias a ese ejemplo del Corinthians. Esa es la gran contribución de Sócrates a la sociedad brasileña, porque su conquista terminó siendo la de un país entero y todas sus generaciones futuras.


Continuará...