Esta es la consigna que se pregona por las calles de Barranquilla, a menos de 48 horas del partido en el que se enfrentarán la selección Colombia y Argentina en la ciudad por las eliminatorias suramericanas.
Las autoridades locales y la CONMEBOL insisten en programar partidos en Colombia a pesar de la grave situación social que se vive en todo el país, es poco entendible como pretenden hacer que nada sucede en las calles, cuando hace un mes vimos y escuchamos durante una trasmisión en vivo de Copa Libertadores los tiroteos y bombas de estruendo que eran usados de manera indiscriminada por la fuerza publica contra los manifestantes a las afueras del estadio, fue tan critica la situación que incluso los jugadores se vieron afectados por los gases lacrimógenos y el partido tuvo que ser suspendido en varias ocasiones.
Lo que parece grave es que los medios de comunicación tradicionales venden una tranquilidad inexistente en la ciudad y el país que ya tiene mas de 70 muertos, mas de mil heridos y otros 500 desaparecidos (que van apareciendo muertos tirados en ríos con signos de tortura), es una situación bastante delicada en la que estan poniendo el negocio del fútbol por encima de los derechos de los ciudadanos y poniendo en grave peligro la integridad de los jugadores de ambas selecciones (Sin mencionar que seria una vergüenza de grandes dimensiones ver al mejor jugador del mundo tosiendo en cancha ahogado por los gases lanzados por la policía).
Por el bien de Colombia, el fútbol y la imagen de la ciudad como casa de la seleccion esperemos que no suceda nada grave el día martes, que antes de todo el gobierno se siente a dialogar con los manifestantes y que por fin cesen estos días oscuros para el país.
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