“En Barcelona, a 14 de diciembre de 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio, Carles Rexach, secretario técnico del FC Barcelona, se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas”

Ese fue el primer contrato de Messi con el Barcelona, y fue escrito por Rexach en una servilleta de papel que cambió para siempre la historia del equipo culé y el fútbol del siglo XXI. Un niño de 12 años nacido en Rosario y que vino a España porque el club se había comprometido a pagar el tratamiento de su enfermedad hormonal. Un chaval que entonces apuntaba maneras y que hoy está en el debate de quién es el mejor futbolista de la historia.

Sin embargo, el matrimonio entre el jugador y el club no fue sencillo. Messi aterrizó en España el 17 de septiembre y los trámites y las pruebas se fueron alargando sin que se llegara a ningún acuerdo. Mientras, Juan Lacueva, director general adjunto del equipo, pagaba de su propio bolsillo las primeras inyecciones de hormona de crecimiento del tratamiento de Leo para que no se volviera a Argentina. Por fin, su padre amenazó con marcharse con su hijo si el Barcelona no confirmaba su interés. Y en el restaurante del Club Tenis Pompeia, en plena montaña del Motjuïc, Carles Rexach escribía unas letras que convertían una simple servilleta de papel en el mejor contrato futbolístico de la historia.

El cuerno de la abundancia del Barça

Desde que Messi está en sus filas, el conjunto blaugrana ha ganado cuatro Champions, ocho ligas, tres Copas del Rey, tres Supercopas de Europa, siete de España y tres mundiales de clubes. El argentino ha protagonizado una época dorada en la que el Barcelona ha sido el equipo más admirado del mundo.