Perdón por titular así, no quiero ofender a nadie, pero después del emocionante triunfo de River en Porto Alegre, y tras vencer no solo al Gremio, sino a la actitud antideportiva del local, me salió el chauvinista, que toda persona tiene adentro.

No voy a hablar del partido en si. Ya habrá otros colegas que harán después la crónica, seguramente. Solo decirte que el pase a la final de la libertadores se plasmó entre los 88 y 95 minutos del partido. Pero si quiero detenerme en el Gremio. Los brasileños son un equipazo, por eso no se entiende que después de haber ganado con justicia en Argentina, hoy hayan planteado un partido lleno de artimañas, de trampas. El partido debe haberse jugado menos de 45 minutos reales, sin exagerar pero tampoco con las estadísticas en la mano. Es solo una sensación. Los locales vivieron acalambrados todo el partido. Los pasapelotas no estaban en ningún lado. Recién aparecieron tras el gol del Pity Martínez. Y luego, en tiempo de descuento, apuraban a los millonarios para que estos no les pagaran con la misma moneda

Seguramente habrá otros partidos así. Habrá otros equipos que harán tiempo siempre. Incluso River lo hará. Está en la naturaleza misma del fútbol. Está en la naturaleza misma del ser humano. Quizá entonces, el malo de la película volverá a triunfar. Hoy fue el turno del "Gallardo" corajudo.