Un partido más que entretenido el de estos dos equipos, gigantes del Reino Unido que quieren volver a la élite y que luchan fuertemente en la Championship para volver a lo grande.

El partido empezaba con un gran ritmo y entrega por parte de ambos, partido clásico de equipos del Reino Unido, ambos con un despliegue e ida y vuelta característico de estos equipos.

Con tan solo empezar el partido, el equipo de Bielsa cobraría de manera nefasta un tiro libre que derivaría en un error garrafal de Forshaw en un pase atrás a Peecock-Farrell y que Colback lograba capitalizar con un gol.

Kalvin Phillips en un terrible error tras una perdida de balón al minuto 42 terminaría expulsado al haber ido de manera temeraria a recuperar el balón que había perdido.

Terminaba el primer tiempo y todo se veía muy cuesta arriba para el Leeds, Nottingham tenía todas las de ganar.

Bielsa haría un cambio e ingresaba Clarke al partido, un revulsivo constante para el Loco en esta etapa de su carrera como DT.

Un Clarke que entraría como anillo al dedo para el partido, con un tremendo regate y una muy buena definición que batía por poco a Pantilimon, lograba empatar el partido, y más adelante en una muy buen jugada colectiva Alioski ponía el segundo del Leeds y le daban vuelta al marcador.

Nottingham Forest se daba cuenta que el Leeds estaba con las revoluciones un poco pasdas y como un balde de agua fría y despertándoles de un sueño, el mismo Colback anotaba llegando desde atrás y capturando un rebote.

Murphy se encargaría de hundir más aún las esperanzas de Bielsa y compañia y por último Osborn (que como buen villano de película) daba la estocada final con un tremendo golazo en el que enganchaba con la derecha y soltaba un latigazo que iba al ángulo.

Un partido que se vio condicionado por la expulsión y la superioridad del Nottingham Forest en el centro del campo.