Festejar un gol se fue convirtiendo con el tiempo en parte del espectáculo. Pueden tener algún significado especial, estar vinculado a un contexto determinado, ser una muestra de habilidad personal o una performance grupal del equipo.

Los brasileros y los africanos suelen ser pioneros en este tipo de festejos. Roger Milla, ex jugador de Camerún, celebró su gol en el Mundial de Italia 90 bailando pegado al banderín del corner.

Bebeto, el delantero brasileño, festejó su gol ante Holanda emulando hamacar un bebé; ya que acababa de ser padre.

Brasil se caracteriza por su alegría y su baile. Y los jugadores acostumbran a celebrar, ya sea en grupo o solos, bailando zamba.

Oba Oba Martins, delantero que pasó por el Inter de Milán, se caracterizó por hacer La Rondada; una acrobacia muy común en la gimnasia artística. Este tipo de celebraciones no les suele gustar a los entrenadores porque puede lesionar al deportista. Bruno Marioni, delantero argentino, también tenía la misma costumbre de festejar sus goles.

También hubo (y seguramente va a seguir habiendo) celebraciones con un contexto o conflicto y que el futbolista protagonista lo utiliza a su favor. José Mourinho, en su momento DT de Chelsea, criticó la avanzada edad de Samuel Eto’o, delantero de su equipo. El camerunés, tras anotar ante Totenham, se apoyó en un banderín del corner y se movió tomándose la espalda como si fuese un adulto mayor.

 

Por su parte, Robbie Fowler, delantero del Liverpool, tuvo una ingeniosa respuesta a la acusación de la prensa sobre su supuesta adicción a las drogas. El futbolista se arrastró en el césped simulando inhalar la línea blanca del área.

Ariel Ortega, emblema de River y campeón con Newells Old Boys de Rosario en el Apertura 2004, le convirtió al equipo millonario; y con la camiseta bajo el brazo, hizo un ademán mirando a los hinchas de River dándoles el mensaje que “si lo quieren, tienen que poner la plata”.

En el fútbol argentino se popularizaron muchos festejos: el Lobo Cordone, ex jugador argentino, celebraba sus goles mostrando distintas remeras sobre bandas de Rock Nacional.

 

Marcelo Salas, el Matador, se arrodillaba, agachaba la cabeza y señalaba al cielo con el dedo índice cada vez que anotaba el gol. Guillermo Coria, ex tenista fan de River, también lo imitaba al delantero chileno luego de cada triunfo.

Juan Román Riquelme popularizó el “Topo Gigio”. En aquel momento, la relación estaba tirante con la dirigencia de Boca ya que el jugador tenía deseos de jugar en Barcelona de España y las negociaciones no eran nada fáciles. Tras convertir el segundo gol a River, Riquelme corrió, hacia la zona del palco donde estaba Mauricio Macri y se paró llevándose las manos abiertas hacia los costados de su cabeza. Entre risas, Román aseguró después del partido que solo lo hizo porque a su hija le gustaba el “Topo Gigio”.

Así como los brasileros festejaban bailando zamba, Tevez supo celebrar goles bailando cumbia o con pasos de murga. Lo mismo pasó con el Cuarteto, música que se puso de moda gracias al ya desaparecido Rodrigo Bueno.

Un platinado Martín Palermo le convirtió un golazo a River jugando para Estudiantes de La Plata. Junto a otros 3 compañeros se sentaron en el césped formando una ronda y emulaban meditar.

Actualmente, el delantero de Racing Lisandro López celebra los goles señalándose en la sien con el dedo índice de su mano derecha. La figura de la Academia explicó que un amigo le dijo que piense antes de definir la jugada y como le dio resultado, ya lo utiliza como una marca personal.

 

Paul Pogba, volante francés, celebra sus goles haciendo Dab Dance. Una celebración que consiste en flexionar el brazo derecho, inclinarse hacia ese lado, con la cabeza hacia gacha y estirar el brazo izquierdo en diagonal hacia arriba. Neymar y muchos otros deportistas se hicieron eco de este movimiento. En Argentina, Nacho Scocco festeja de la misma manera pero por pedido de su hijo.

Paulo Dybala llamó la atención por su manera de celebrar. El cordobés se tapa la mitad de la cara y dejando descubierto sus ojos. El delantero explicó que intenta hacer una máscara de Gladiador, ya que considera que a veces en la vida hay batallar como uno.

La final histórica entre River y Boca en Madrid también nos dejó un festejo. El del Oso Pratto, tras empatar el partido, corrió hacia la línea del lateral, se paró con las pies juntos y cruzó los brazos. Festejo que luego fue bautizado “Modo Oso”.

Pierre-Emerick Aubameyang, jugador del Arsenal de Inglaterra es un fanático de los superhéroes y festeja sus anotaciones colocándose una máscara. La más emblemática es la que utilizó de Black Panter.

Francesco Totti, ídolo de la Roma, se sacó una selfie con la tribuna atrás. Para no ser menos, Mario Balotelli festejó su golazo de chilena haciendo un “Vivo de Instagram” con su teléfono celular.

Y para el final dejo a mis favoritos. Los jugadores del FC Stjarnan de Islandia hicieron un culto con esto de los festejos grupales. El más conocido es el de la pesca, donde uno simula tener una caña y el compañero desde el piso se arrastraba como un pez y luego lo levantaban exhibiéndolo para una foto. Pero también tuvieron otros: reprodujeron una escena de Rambo, donde uno emulaba disparar a sus compañeros y estos, caían derribados. Otro festejo conocido fue el de la bicicleta, donde los jugadores formaban una y uno la montaba. También formaron un inodoro y un jugador se sentaba simulando leer el diario.

Los tiempos cambian, los jugadores se renuevan y la creatividad también. Nosotros, los espectadores, esperamos que estas curiosidades nos alegren el día y nos den motivos para hablar al otro día con nuestros compañeros de trabajo o de estudio.