Son pocos los jugadores que logran ser queridos por todo el mundo del fútbol. Son contados los que merecen el aplauso de los cuatro costados. La ovación unánime de un estadio completo. Eso es sólo para elegidos.

Uno de ellos es el que ven en la foto de este texto: Ronaldo de Assis Moreira. Más conocido como Ronaldinho Gaucho o Dinho. Galardonado con el Balón de Oro en el año 2005.

Un jugador que derribaba rivalidades y despertaba elogios cada vez que jugaba al deporte que más le gustaba. Siempre con la sonrisa a dentadura y encía plena, gambeteaba y hacía goles espectaculares. Un crack que fue aplaudido por aficionados de Real Madrid.

A diferencia de Lio Messi y Cristiano Ronaldo, se le notaba más el amor por el fútbol que la mentalidad competitiva. Contagiaba alegría y deleitaba con su juego.

Un futbolista que tenía la pelota pegada al pie en todo momento. Cuando terminaba el entrenamiento, se quedaba a inventar gambetas nuevas. Un deportista al que le sienta bien decir que hacía magia con la pelota.

Goles desde afuera del área, a pura habilidad o con alguna acrobacia. Y como buen brasilero no podía faltar su precisión en la pelota parada.

Este texto que le dedico no es casual, ya que hoy este crack cumple años. ¡Felices 39 a la debilidad de los que amamos el buen fútbol!