Con 13 equipos, la liga femenina dejó a Santa Fe como campeón indiscutible del torneo, un campeonato lleno de futbol a la altura de una primera división, con tiempo efectivo de juego alto, pocas faltas y poca marrullería, sin engañar al árbitro cada dos segundos, levantándose pronto del suelo como bien es la tradición del futbol inglés y poniendo todas las tropas al servicio de la táctica y el buen juego.
¿Qué tal de nivel?
La versión número 4 de la liga femenina en Colombia demostró que a pesar de ser una liga muy joven y con todo por mejorar, el nivel es cada vez mejor. La colectividad de los equipos, el jugar como un solo bloque, los conceptos tácticos dejaron una sensación muy positiva al final del torneo. No obstante, por tratarse de una liga que apenas está dando sus primeros pasos en el futbol profesional, aún se ven errores individuales que, cuando menos, son curiosos.
En pocas palabras, esta temporada del futbol femenino en Colombia, con todo y lo atípica que fue, deja un listón más alto que el de la temporada pasada, agradable de ver pero que aún tiene mucho por mejorar.
Las destacadas
Siempre es un deleite ver jugadoras de talla mundial en el campo de juego, y es que si bien, el campeonato femenino colombiano no tiene estrellas del nivel de Morgan, Hope Solo o Alisha Lehmann, hay jugadoras colombianas que tienen una amplia trayectoria en nuestro futbol, en el futbol internacional e incluso en copas del mundo y juegos olímpicos. Tal es el caso de las habituales Catalina Usme y Carolina Pineda quienes llevaron al América de nuevo a una final femenina, la goleadora del torneo Ysaura Viso quien con 13 goles se coronó como la "Pichichi" del campeonato, Nicole Regnier quien a pesar de ser parte de un muy modesto Equidad, dio vistos de buen futbol y de mucho liderazgo en fase de grupos.
No son, en consecuencia, menores los nombres que resaltan en el campeonato local y que han servido de plataforma para que las jugadoras den el salto hacia el futbol internacional como son los casos de Yoreli Rincón, Catalina Perez y Leidy Andrade quienes tienen en sus hombros la responsabilidad de representar al país en los clubes del mundo y de abrir las puertas para que el mercado internacional fije sus ojos en el talento colombiano.
Brilló por su ausencia
Resulta triste e inverosímil que un campeón de copa libertadores (Atlético Huila, 2018) no haya tomado parte de la competición en su versión 2020. Un equipo que tras su éxito continental se fue desarmando en su sección deportiva y que fue desahuciado por sus directivas en su fase administrativa. Opaca, sin lugar a dudas, la competitividad de una liga que merece mucho más de lo que se le da, que ya nos ha traído en a penas 4 temporadas, la gloria continental, una liga que tiene una proyección deportiva con un techo muy alto y que podría traer muchos dividendos a nivel económico. La tristeza de no ver compitiendo a un campeón de américa solamente se sanará cuando este vuelva a competir por la liga y vuelva a tomar parte en torneos internacionales.
Esperamos con ansias el regreso de la liga femenina en la temporada 2021, y no solo la esperamos ilusionados de volver a apoyar a las leonas, las diablas, las embajadoras o las aseguradoras, esperamos ver a todos los equipos del futbol colombiano compitiendo a un muy alto nivel, esperamos ver a los patrocinadores muy comprometidos, mucho más que hasta el momento, con el futbol femenino que está aún en una fase muy joven pero que, desde ya, muestra una muy buena proyección y promete convertirse en una liga fuerte, competitiva y muy atractiva de ver para los aficionados al buen futbol.
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