1.Britney Spears
Diagnóstico. Si hacemos caso de la indiscreta biografía publicada por su exguardaespaldas, Britney Spears (Misisipi, 1981) tenía “un apetito sexual enorme”, y en sus giras se atiborraba de alcohol y drogas para sumergirse en bañeras de hidromasaje y camas redondas donde hacía de todo: “Sexo con mujeres, tríos, orgías…”. El exempleado asegura que la estrella llegó a acosarlo sexualmente, y ella misma reconoce en el documental 'I am Britney Jean' sus excesos amatorios. Su exnovio Kevin Federline ha confirmado estas tesis. Tratamiento. A principios de enero de 2007, Britney anunció a bombo y platillo que había tomado una decisión drástica para moderar sus apetitos: no tener sexo durante seis meses. Pero menos de un mes después lo incumplió. En la actualidad, la cantante sigue batallando con su adicción, que según ella está asociada a un trastorno bipolar con picos de euforia que la empujan a la ninfomanía. Para evitar tentaciones, ha prohibido a los bailarines de su gira tener sexo y beber alcohol.
2.Hugh Jackman
Diagnóstico. El actor australiano Hugh Jackman (Sídney, 1968) siempre trata de epatar a su público con sus declaraciones en las que se jacta de su virilidad y su potencia. Pero quizá exageró cuando reveló que era capaz de aguantar seis horas haciendo el amor sin parar gracias al sexo tántrico, cosa que le habría provocado una adicción al sexo. Tratamiento. Renunció a las clínicas y Jackman ha optado por centrarse en su mujer y hacer una especie de 'terapia de alcoba'. Él y su mujer, la actriz y productora Deborra-Lee Furness, llevan casados desde 1996. Y parecen felices... GETTY
3. Charlie Sheen
Diagnóstico. Si hay alguien que merezca estar por derecho propio en esta lista ese el actor Charlie Sheen (Nueva York, 1965). Paladín del exceso y de la vida loca, el hijo díscolo de Martin Sheen se hizo rico y famoso gracias a la serie 'Dos hombres y medio'. Pero dilapidó su talento y su fortuna en interminables noches de sexo y drogas. En su época más desmelenada llegó a gastarse 100.000 dólares (90.000 euros) en una sola noche. Tratamiento. Aunque ingresó en varias clínicas, Charlie llegó a esta conclusión: “No creo en la desintoxicación, no está hecha para mi, no me sirve de nada”. Así pues, continuó con sus fiestas, que hicieron que acabara contrayendo el virus del sida. Pero ni así: confesó haberse gastado millón y medio de dólares (1,3 millones de euros) en prostitutas a lo largo de 2013, pese a que hacía meses que sabía que era portador del VIH y podía transmitírselo a otras personas. Ahora dice que pretende dejar sus vicios y centrarse en sus hijos. Está en ello...
4. Mel B (Spice Girls)
Diagnóstico. La componente de Spice Girl Mel B (Leeds, Reino Unido, 1975) siempre ha tenido una vida sexual excesiva. Y no lo ha ocultado. En muchas ocasiones ha comentado cómo "nunca se queda satisfecha". Christa, una de sus amantes, señaló: “Mel es muy pegajosa, muy promiscua y muy desatada en la cama. Creo que la razón de esto es que ansía una relación íntima que no consigue. Nunca obtiene suficiente y de ahí nace su adicción al sexo”. Tratamiento. La cantante no ha intentado en ningún momento encauzar sus hábitos ni ponerse en terapia. Cuando en una entrevista le preguntaron por su trepidante vida sexual, ella contestó, airada: “Hay gente que me llama lesbiana, bisexual, heterosexual… pero solamente yo sé quién entra en mi cama. Eso es todo. Tengo una libido muy alta y necesito una vida sexual muy variada”.
5.Robert Downey Jr.
Diagnóstico. Durante los años 90, el protagonista de 'Iron Man' (Nueva York, 1965) fue uno de los actores más perseguidos por los paparazis debido a sus alocadas peripecias en Los Ángeles, llenas de sexo y drogas. Hace poco reveló: "Durante muchos años estuve obsesionado con el sexo y con mi pene. No tengo por qué esconderlo”. En esos tiempos también era un hombre muy promiscuo. “No fui ni seré el único. Muchos hombres tienen una fijación con el sexo”, añadió. Tratamiento. Nunca lo hubo. De hecho, Robert se tomaba su hipersexualidad casi como una cura, pues evitaba que cayera en vicios mucho menos saludables, como el alcohol y las drogas: “Fue la mejor cosa que pude hacer, engancharme al sexo. Recuerdo esos días con mucha nostalgia”. Unos días de vino y rosas que hoy han quedado atrás, pues gracias al amor ha superado su adicción: “El sexo ya no es un factor que me motive. Ahora soy un hombre casado y mi matrimonio es sagrado para mi. Los hombres siempre quieren sexo, incluso aunque tengan novia. Pero yo ya no soy así”
Comentarios