Tras la consecución de su último Grand Slam en Estados Unidos el tenista mallorquín vuelve a situarse, probablemente sin él quererlo, en el centro del ya agotador debate 'Sálvame Deluxero': ¿es Rafa el mejor deportista español de todos los tiempos?

En mi opinión estamos ante una polémica estéril y arriesgada que en cierto modo me lleva a recordar aquella frase que en alguna ocasión nos soltó algún profesor en el instituto: no puedes comparar peras y manzanas.

Si echamos la vista atrás en España hemos tenido deportistas que han marcado una época en sus respectivas especialidades, no sólo por sus éxitos sino también por el momento en el que los consiguieron y la masa social que arrastraron (fans, básicamente).

A menudo se habla del ya difunto Severiano Ballesteros como el deportista que introdujo a España en un nuevo y antes desconocido deporte como era el golf, y sin duda era y es un deportista internacionalmente reconocido por sus adversarios y referente de nuevas generaciones de golfistas, al igual que lo es Rafa en el panorama tenístico.

Otro candidato que suele sonar con fuerza en este intenso debate nacional es el de Pau Gasol, el segundo español en cruzar el charco tras Fernando Martín y codearse en la más competitiva y dura de las ligas, la NBA.

Seguramente habría muchos más en el bombo: Ángel Nieto en el motociclismo, Indurain y sus cinco Tours de Francia consecutivos, Xavi Hernández o Andrés Iniesta liderando nuestra 'Belle Époque' en el fútbol internacional, Gemma Mengual en natación sincronizada...

Pienso que seleccionar a uno de ellos como el único heredero del 'Trono de Hierro' es injusto, sobretodo porque aparte de pertenecer a disciplinas deportivas distintas (peras y manzanas), todos estos fenómenos del deporte han escrito su propia historia en momentos distintos, algo que para los más jóvenes es difícil de apreciar puesto que acostumbramos a quedarnos con lo más reciente y no con los logros de tiempos pasados en los que algunos quizás ni habían nacido.