La pareja dos culmina un torneo impecable con un brillante ejercicio de pádel en la final que desnaturaliza a Salazar y Triay.
Bajo el intenso sol que va buscando refugio en Bab Al Nojoum, la sonrisa de Ariana Sánchez, en el banco, tras certificar el primer set de la final femenina del Abu Dhabi Master, resulta un termómetro inequívoco del momento que atraviesa la pareja número dos del pádel mundial.
La de Reus y su compañera Paula Josemaría acaban de recomponerse de un traspié sufrido en el albor del primer acto con una reacción portentosa. Un parcial de 0-5 a las números uno, Alejandra Salazar y Gemma Triay, les aclara el camino hacia la victoria en este primer pulso directo de la temporada.
No es un título cualquiera. Tras una semana de competición, las dos mejores parejas buscan en la capital de los Emiratos Árabes Unidos el primer entorchado World Padel Tour del curso. Es un Master, con un premio de casi 12.000 euros y una bolsa de 2000 puntos para el binomio ganador que le catapultará, directamente, al primer puesto de la RACE 2023.
Y, sin embargo, en torno a este duelo sobrevuela un intangible que añade peso propio. La última vez que se vieron las caras, en la final del Master Final del pasado año, Salazar y Triay rubricaron una remontada agónica que les entregó el número uno de la temporada. El mazazo resultó tremendo para Paula y Ari, apeadas del trono en la foto-finish.
Por eso, este enfrentamiento tiene un valor añadido para las aspirantes: la oportunidad de constatar que aquel palo ha cicatrizado. En verdad, no tardan en demostrarlo.
Hasta los errores que condenan el saque de Ariana en el tercer juego, todo lo que sucede transcurre en todo momento bajo el dictado nítido de la pareja 2, siempre a una velocidad superior que las de sus adversarias.
Hoy las aspirantes se despliegan como reinas. No hay rastro de las heridas del pasado reciente. Sobre la decepción parece elevarse un binomio que ha perfeccionado la fórmula, a tenor de lo que han exhibido sobre la moqueta en este Master de Abu Dhabi y que culmina en el último peldaño con un ejercicio pleno de autoridad, determinación, consistente desde la defensa y con mucha intencionalidad en torno a la red.
Justo lo que les falta a Gemma y Alejandra, incapaces esta vez de cogerle el hilo al juego, más dispuestas a vivir de errores ajenos que a provocarlos con aciertos propios. Triay, confinada en su esquina por el trazo persistente de sus contrarias, es un espectro con grilletes en los tobillos. Casi siempre llega tarde a todo. Salazar, fuera de pista por mérito rival, apenas logra zarandear el juego.
El primer set se decanta tras una reacción imperial de Paula y Ari que firman un parcial de 0-5 para devolver un break en contra (6-3).
El segundo acto, que empieza con otro quiebre a favor de las aspirantes, tampoco difiere el guión. A esas alturas, Josemaría y Sánchez se muestran inalterables. Con el rumbo bien definido y una aplicación encomiable, no acusan que Triay y Salazar equilibren la brecha abierta de inmediato (1-1).
En el quinto juego, Paula y Ari demarran con un break que acaba siendo definitivo (2-3).
La sonrisa de ambas, presente durante todo el encuentro; en realidad, durante todo el campeonato, es fiel reflejo de la evolución de la dupla respecto a la temporada anterior. También el gesto lo han trabajado, como si se obligaran a disfrutar.
Desde luego, en Abu Dhabi lo han hecho. Ariana Sánchez y Paula Josemaría cierran con mucha solvencia el triunfo en la final (6-3 y 6-3) que les corona de inicio; se llevan el primer Master y se elevan hasta la cima de la clasificación provisional del año. Todo un aviso a navegantes.
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