Un mito es la creación imaginaria que adorna en exceso algo normal y corriente hasta volverlo inalcanzable. El ser humano es dado a las creaciones míticas, disfruta engrandeciendo, exagerando y volviendo irreal lo verdaderamente humano. Los fans se alimentan de los mitos y multiplican sus creaciones hasta volverlas íconos insuperables y generar aclamación colectiva, una obsesión que puede provocar reacciones inimaginables.

Es así como muchos se introducen a las canchas o lugares de juego de los “grandes” para verlos de cerca, tocarlos u obtener un autógrafo. Algo que les abombe su fascinación y les permita competir a su vez con otros fanáticos para ver quién es más apasionado, más seguidor, más simpatizante o más hincha de un equipo o jugador determinado.

Hay quien vive de esto, detrás de toda fanaticada está la industria mediática que se encarga de crear suvenires, banderas, gorras, franelas, afiches, miniaturas y todo lo que contribuya a mantener al fanático cautivo de una pasión. Las empresas de artículos deportivos cada día desarrollan nuevos productos no solo para uso del deportista sino también para el aficionado.

Pero detrás de todo esto está un ser humano de carne y hueso que vive el día a día dentro de un estrés natural por mantener sus logros y condiciones físicas adecuadas al deporte que practica, y el causado por la obsesiva atención de sus seguidores. La gente puede repetir, sin conocimiento verdadero, anécdotas o hechos falsos, referidos por personas que dicen haberlo leído, escuchado o visto en la televisión.

A veces los medios son los más despiadados a la hora de destruir un héroe, sus titulares despectivos harán que un ídolo caiga en un abrir y cerrar de ojos y pasen de ser la estrella más fulgurante, a ser los olvidados y hasta odiados por el público que antes les aclamó pero que no le perdonan, un descuido por el que pierda su equipo o lo que es peor los cambios físicos o naturales que por edad sufra el otrora admirado.

En los programas de analistas deportivos observo lo dados que son a criticar jugadas, o comportamientos de jugadores y a veces se forman verdaderas diatribas entre distintos comentaristas que se enardecen cada uno apoyando o cuestionando al deportista en cuestión. Todo ello repercutirá luego en el sentir del aficionado que se deja llevar por ellos.

Pienso que el espíritu deportivo no debe empañarse y que los atletas, jugadores o participantes de cualquier disciplina se sentirán mejor si son vistos como seres humanos con errores y aciertos, que les importa competir y hacer las cosas bien y mantener el respeto de la fanaticada gracias a la adrenalina que ellos han hecho vibrar en algún momento. 

Agradeceré tu opinión al respecto.