¿Te has percatado lo común que es hoy en día ver los conocidos remakes de productos que hace años fueron un éxito?
Como un empedernido gamer les puedo decir, día con día es más común recibir la noticia de que en futuras fechas tendremos a nuestra disposición versiones remasterizadas de nuestras obras favoritas que crecieron con nosotros y que en muchos casos, formaron lo que somos hoy en día.
Remakes de versiones anteriores de nuestros títulos favoritos de una gran plataforma de consolas y por ende de títulos que se están volviendo a sacar del cofre de los recuerdos de cada uno de nosotros.
Títulos de la compañía del plomero bigotón favorito de todos, la dueña del erizo azul más rápido de todo el mundo e incluso compañías programadoras independientes están optando por esta nueva tendencia y no hay mal paso en cada una de estas decisiones.
Si nos damos cuenta, la mayoría de los nuevos títulos remasterizados anunciados por las grandes compañías son en su gran parte títulos que, nosotros la nueva generación de adultos con empleos que normalmente nos exprimen hasta dejarnos en los huesos, jugamos en un momento de nuestra infancia y que nos remonta a tiempos felices en donde la mayor preocupación que teníamos era como poder vencer al ese último jefe que no te daba paz al momento de enfrentarlo.
Personalmente, siendo un empleado de un despacho contable en donde el estrés de los socios, gerentes y los clientes son un mejor motor para empezar y terminar el día que la taza del café más delicioso existente, encuentro una gran tranquilidad y felicidad al volver a jugar esos juegos que me llevan al pasado en donde el Iván de hace 17 años pasaba la tarde jugando.
Dudo ser la única persona que sienta lo mismo que yo y, astutamente, los compañías están apostando a volver a hacer sentir a los adultos jóvenes (kidults) esos momentos más tranquilos y sencillos y las empresas lo saben y es en donde aprovechan para sangrarnos con guante blanco.
Cuéntenme, ¿han sentido ustedes lo mismo?
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