El fútbol venezolano se ha convertido en una cantera inagotable de jóvenes talentos para este deporte que, si se les lleva como es y se les apoya, terminan explotando todo su potencial y dejando en alto a nuestro país fuera de nuestras fronteras.

Dos de las joyas más grandes que ha dado Venezuela en el último par de años son Jefferson Savarino y Yeferson Soteldo. A ambos jugadores he tenido la oportunidad de verlos en vivo en un estadio y a ambos pude conocerlos. Savarino es del Zulia, Soteldo de Portuguesa; ambos tienen la misma edad y estilos de juego parecidos, además ya brillan en el exterior con un buen presente y un futuro prometedor.

Jefferson Savarino.

Savarino festejando un gol ante Nacional (URU) en la Copa Libertadores 2017

Jefferson es un chico normal, es oriundo de mi ciudad, San Francisco. La verdad es que lo ves e inmediatamente te cae bien. Ahora, en el campo Savarino es una bestia. Sus inicios son en las inferiores del Zulia FC y a partir de allí fue imposible detener su progresión. Se convirtió en el bastión y principal referente del Zulia FC que se coronó campeón del Torneo Clausura 2016, además de ser el máximo goleador y ser nombrado como el mejor jugador de la Liga venezolana de ese año.

Savarino es un jugador mágico, muy completo. No solo es capaz de dejar tirados a 3 defensas en un veloz regate, sino que además de eso tiene mucho gol. Normalmente juega por la banda derecha pero sabe muy bien como compenetrarse en el juego ofensivo del equipo, buscar espacios y acabar las jugadas en el punto penal como el mejor de los ‘9’.

Lo que más me impresiona de Jefferson no es sólo su talento nato, sino su compromiso defensivo con el equipo. A diferencia del resto de los jugadores de sus características, Savarino siempre prioriza el juego colectivo, está dispuesto a bajar cuando es necesario y no se queda quieto hasta que lograr recuperar el balón. Es un jugador incansable, corre toda la cancha. La verdad es que verlo jugar en vivo es espectacular, da gusto su fútbol.

A Savarino pude conocerlo en el Estadio “Pachencho” Romero de Maracaibo, el 9 de abril de 2017 tras el partido en el cual el Zulia FC derrotó 3-2 a Mineros. Tras el pitazo final, un amigo y yo nos dirigimos a la puerta por donde salen los jugadores al estacionamiento, para dirigirse a sus autos tras el partido. Esta ubicación nos permitía estar en un lugar perfecto para que las decenas de fanáticos que los esperábamos pudiéramos saludarlos.

Finalmente Savarino fue el último en salir del estadio. Mi amigo y yo lo abordamos y nos atendió con gusto y educación, le dijimos lo mucho que lo admirábamos y que sabíamos que muy pronto recibiría su merecido llamado a la selección nacional y le lloverían ofertas del extranjero, porque su talento sin duda no iba a pasar desapercibido. Él nos agradeció y deseó que fuera así. Nuestras palabras fueron casi proféticas, ya que ese se trató de su último partido vistiendo la camiseta del Zulia FC. Un mes después se confirmaba su traspaso al Real Salt Lake de la MLS y no mucho tiempo después recibió su merecida convocatoria a la Vinotinto.

Savarino y yo

Tras nuestra conversación con Jefferson, pudimos inmortalizar nuestro encuentro con una foto que quedó para el recuerdo. Tras ello, Jefferson se fue con su familia y nosotros nos propusimos emprender el camino de vuelta a casa. Lo más curioso de todo es que pudimos ver que Savarino se iba en un carro muy humilde sin aire acondicionado, manejado por su papá. El carro iba tan repleto que Jefferson tuvo que sentar a su esposa en sus piernas para que pudieran caber todos.

Hoy Savarino juega en el Real Salt Lake de los Estados Unidos y es uno de los grandes referentes de su equipo. Estoy seguro que nos seguirá deleitando con su talento y pronto oiremos de su traspaso a un club más grande de América o Europa. Además, es una de las piezas fijas de las convocatorias de Rafael Dudamel, así que no me queda duda que Jefferson Savarino es la joya más grande del fútbol venezolano.

Yeferson Soteldo.

Yeferson no supera el 1.60m de estatura, pero es un verdadero grande dentro del campo. Soteldo se dio a conocer con estupendas actuaciones en el Zamora y esos mismos rendimientos le valieron su convocatoria a la Vinotinto con sólo 18 años.

Soteldo es un jugador diferente, ese que lo ves y sabes que cada vez que le llegue el balón a los pies va a hacer algo que nadie se espera. Su principal característica es su velocidad y cambio de ritmo, su baja estatura le permite ser imparable cuando se dispone a regatear al rival y meterse por los huecos que deja la defensa rival. Con su Zamora logró coronarse campeón del Torneo Apertura 2016 y posteriormente se coronaron campeones de la Final Absoluta 2016 vs mi Zulia FC.

Había visto muchas veces a Soteldo en la televisión, pero fue en ese partido donde pude verlo por primera vez en vivo en el estadio y simplemente fue un espectáculo. En la televisión no se percibe en realidad lo veloz que es, esa tarde jugó pegado a la banda donde estaba sentado y me tocó presenciar como simplemente humillaba a los defensores de mi equipo y como ninguno lo podía alcanzar y menos detener.

Finalmente el conjunto de Soteldo se llevó ese partido con él como máxima figura. Mi amigo y yo (después de muchas vicisitudes que en otra ocasión contaré) logramos acceder al campo de juego y nos dispusimos a felicitar y saludar a los jugadores rivales tras su festejo por el campeonato. Entrando al campo nos encontramos con un Soteldo sin camisa, lo felicitamos y le pedimos una foto, pero este se negó alegando que “lo iba a dejar botado el avión”. Después que él nos sacudiera de encima, pudimos hablar con otros jugadores del Zamora y con su DT Francesco Stifano, quien amablemente si accedió a tomarse una foto mientras el resto del equipo siguió festejando en la cancha la siguiente media hora con sus familias. A menos que Soteldo tuviera un jet privado esperando en el aeropuerto, debo decir que Yeferson nos mintió y nos negó la foto.

Para mí es un poco triste que ese fuera el último recuerdo que me llevara de ese crack, ya que ese sería su último partido en Venezuela. A las semanas se dio a conocer su acuerdo de traspaso al CD Huachipato de Chile, donde debo decir que la descosió completamente y le valió su traspaso a la Universidad de Chile, uno de los equipos más importantes de ese país.

En 2017 Yeferson fue el referente de la Selección venezolana sub-20 que brilló en el sudamericano de la categoría y que posteriormente hizo historia en el Mundial sub-20 llegando a la final, torneo al cual Soteldo llegó diezmado. Pero es aquí donde sale a relucir el mal de Soteldo como jugador: es muy individual y egoísta con el balón. Siempre abusa de la posesión y hace uno o dos regates de más, lo cual le resta efectividad. Es más, tan notorio era su individualismo que durante el sudamericano y el Mundial sub-20, en Venezuela se hizo tendencia en Twitter la etiqueta #SueltalaSoteldo.

No puedo negarlo, es un crack con todas las letras que cuando está inspirado no hay defensa que lo detenga, pero para mí tiene ese lunar; debe aprender a tocar más, a apoyarse en sus compañeros, a no jugarse siempre la individual. Además, tiene tendencias a descuidar su físico, cosa que le ha generado muchas críticas por parte de los periodistas chilenos.


Estos dos chicos son las dos joyas más grandes de Venezuela, los dos mayores talentos de nuestro país. Si me tuviera que decantar por uno de los dos, con los ojos cerrados elijo a Savarino, no porque sea de mi ciudad o porque Soteldo me negó la foto; sino porque es un jugador que para mí es más valioso para el equipo, porque es igual o más talentoso que Soteldo y tiene ese sacrificio y esa garra que le da un plus a cualquier jugador. Es más, si Savarino hubiera sido parte de esa Selección sub-20 (de la cual no pudo formar parte por cumplir años unos pocos meses antes de lo que exigía la normativa) la historia hubiera sido distinta.

Yo no tengo la menor duda de que si Savarino y Soteldo hubieran nacido en otro país, ya estarían jugando en algunos de los mejores clubes de Europa, porque el talento de estos dos chicos se pierde de vista. Mientras tanto siguen dando muestras de su calidad semana a semana en Estados Unidos y Chile respectivamente. Estos dos son los máximos estandartes de esta nueva generación del fútbol venezolano y llevan sobre sus espaldas las esperanzas de un país, que confía en que su talento innegable nos llevará a nuestro primer Mundial en Qatar 2022.