El pasado sábado en el Estadio Santiago Bernabéu se vivió una situación que podría resultar bastante extraña e incomprensible para las personas más alejadas de seno madridista, como lo fue la monumental pitada que recibió el capitán Sergio Ramos de parte de toda la grada merengue. Durante los primeros minutos del encuentro, Sergio Ramos fue pitado cada vez que el balón pasaba por sus pies.

Realmente este tipo de cosas no son nada nuevas en el Santiago Bernabéu, probablemente la afición más difícil de complacer en el Mundo. Hemos sido testigos de cómo la grada madridista ha pitado a sus grandes ídolos históricos como Zidane, Raúl, Ronaldo, Casillas, Cristiano Ronaldo y más recientemente, Sergio Ramos.

A los ojos del resto del mundo del fútbol esto puede ser considerado un acto de desagradecimiento; les resulta inconcebible el simple concepto de pitar a un ídolo, a alguien que ganó todo con el club y que ha dejado todo por la camiseta. Y si, en muchas ocasiones concuerdo en que los madridistas a veces no saben valorar a sus héroes y que en muchas ocasiones esas pitadas históricas fueron inmerecidas (sobre todo con Cristiano Ronaldo, del cual estoy convencido que es un jugador que nunca merecimos como madridistas). Pero el caso de Sergio Ramos es particular, porque el sí merecía que el público le recriminara. De hecho, estoy convencido que la pitada que recibió el sábado es lo mejor que le pudo pasar a él y al equipo.

Para nadie es un secreto que Sergio Ramos ha sido uno de los jugadores con peor rendimiento en este catastrófico inicio de temporada para el Real Madrid. Desde errores de marca, cortes a destiempo hasta fallidos intentos de salir jugador desde abajo a toda costa; parece que todo le ha salido mal a Ramos en estos meses. Entonces desde el punto de vista futbolístico, los pitidos son entendibles ya que Sergio Ramos se encuentra muy lejos de su mejor nivel. Además que el público no está contento con la actualidad del equipo y se lo hacen saber a su capitán.

Pero hasta este punto alguien podría decir que “no es Ramos el único culpable del mal momento del equipo, hay jugadores que están jugando aún peor que él. Además es injusto reprocharle a un tipo que siempre aparece en los momentos importantes, que es el capitán y que siempre ha dado todo por esta camiseta”. Y eso también es cierto, pero nos abre paso al verdadero meollo del asunto y es que el Bernabéu no pitó a Ramos por su mal rendimiento, sino por todas las cosas cuestionables que ha estado haciendo dentro y fuera de la cancha durante los últimos 4 meses.

Un ego por otro.

Tras la salida de Cristiano Ronaldo de la entidad merengue y la no llegada de ningún fichaje galáctico, el Real Madrid quedó huérfano de una estrella, de ese jugador que sólo con su nombre adquiriera el protagonismo que ostentaba el crack portugués. Sin embargo, hemos visto como Sergio Ramos se ha erigido (o mejor dicho, se ha autoproclamado) como la estrella del equipo, como ese jugador que sobresale por encima de todos los demás.

Sin Cristiano Ronaldo en el equipo, está Ramos. Un ego por otro, tan simple como eso. El Real Madrid ha cambiado un personaje por otro. Pareciera que el equipo merengue no pudiera prescindir de ese jugador de rol protagonista, no por su juego, sino por su actitud

A Sergio Ramos no se le puede negar que es un líder indiscutible, el capitán y figura a morir del equipo. El problema es que lamentablemente se ha convertido en un jugador cuyo afán es trascender a toda costa, tal como lo era Cristiano Ronaldo. Ya sea autonombrándose cobrador de penales y tiros libres o haciendo jugadas de lujo innecesaria para salir del fondo, Ramos siempre busca sobresalir del resto. Su metamorfosis para convertirse en el nuevo dictador del conjunto merengue está casi completa. Lo peor es que aunque todo esto le hace daño al equipo, desde el seno del club nadie dice nada.

Ramos ¿Por qué no te callas?

Creo que el peor y más grave error de Sergio Ramos es no saber controlar su lengua. Conocemos el carácter de Ramos, es un tipo que siempre dice lo que piensa y nunca calla su opinión. Sin embargo, esto es algo que le ha venido pasando factura últimamente y que el equipo también lo ha estado resintiendo.

Por ejemplo, se ha encargado de empezar una guerra mediática personal contra Cristiano Ronaldo, desde que el portugués abandonó el Real Madrid. Desde declaraciones públicas, hasta comentarios en las redes sociales; pareciera que en todo momento quisiera dejarle saber que el Real Madrid no le necesita y que ahora él es el nuevo referente. ¿Qué necesidad tiene Sergio Ramos de estar respondiendo a todo y a todos? Y si dijéramos que Ramos es el erudito de la comunicación con la prensa, quizás las cosas fueran diferentes. Pero la realidad es que el andaluz siempre habla sin pensar. Esto es particularmente grave tratándose del capitán de una institución tan grande como lo es el Real Madrid. Ramos debe recordar que no sólo es el encargado de arengar a sus compañeros en el vestuario antes de salir al partido, sino de representarlos a ellos y a su club en todo momento. Pareciera que no entiende que al nivel en el que se encuentra no puede estarse prestando a ser la comidilla de todos los programas de polémica por sus declaraciones.

La verdad es que Sergio Ramos ha venido acumulando una serie de percances y situaciones fuera de las canchas que dejan mucho que decir sobre el capitán del Real Madrid. Como por ejemplo su incomprensible y desubicada reacción contra su compañero Sergio Reguilón, luego de una situación ocurrida en un entrenamiento donde Ramos lo insulta e intenta pegarle dos balonazos…sin duda un gran capitán. Y que decir sobre su ciego apoyo hacia Julen Lopetegui, sacando la cara por él ante la directiva y retrasando su inevitable despido semanas antes del Clásico. Y como olvidar sus desafortunadas declaraciones tras el partido en Camp Nou donde prácticamente envió una clara amenaza a Antonio Conte y sepultó cualquier posibilidad de que el Real Madrid pudiera contratarlo y así tener un gran entrenador que de seguro podría revertir la situación del equipo.

Todas estas cosas se fueron sumando y restando puntos al andaluz. Y puede que la directiva no haga nada al respecto debido al status de Sergio Ramos en el club; pero para la afición nada de esto pasó desapercibido. Están cansados de las actitudes de su capitán y así se lo hicieron saber con esa monumental pitada que recibió de parte del Bernabéu y que, como hemos visto, tiene más que merecida. Más que una muestra de desaprobación, se trató más de una llamada de atención de la grada hacia su capitán y por ende a todo el equipo. Lo bueno es que Sergio Ramos aceptó la crítica de los aficionados, no cuestionó los pitidos que recibió. Ese es un buen síntoma de que las cosas pueden empezar a encaminarse por buen camino. Y aunque es cierto que de un solo jugador no depende el equipo, Ramos puede y debe aportar su importante grano de arena para que el Real Madrid pueda retomar y conquistar los objetivos planteados para esta temporada, antes de que sea demasiado tarde.