¿Se imaginan que pasaría si un día nos despertaremos con la noticia de que han secuestrado al mejor futbolista del mundo? Eso fue exactamente lo que ocurrió hace más de 50 años cuando Alfredo Di Stefano, el mejor jugador del mejor equipo del mundo, fue secuestrado.
Nos encontramos en el año 1963, el Real Madrid ya se había consagrado como el mejor equipo del planeta al ganar las primeras 5 Copas de Campeones de Europa de manera consecutiva, con Alfredo Di Stefano como principal figura. Esto hizo que en pleno inicio de la década de los '60, el Real Madrid se comportara como cualquier gran club de la actualidad. No había rincón en el mundo que no suspirara por verlos jugar en vivo, eran galácticos en blanco y negro.
En esta oportunidad, el Real Madrid aceptó la invitación para ir de gira a Venezuela y jugar la Pequeña Copa del Mundo, un torneo que reunía a varios de Sudamérica y Europa. Pero en ese momento Venezuela vivía una época convulsa. El país estaba gobernado por las grandes potencias mundiales movidas por la riqueza petrolera y había varios movimientos sociales que buscaban una justicia social que no se daba.
En las calles corría el rumor de que había un grupo terrorista que quería atacar durante los partidos del torneo. De hecho, en el medio tiempo del partido entre Real Madrid y Sao Paulo, se empiezan a oír disparos en las gradas, lo que hizo que cundiera en pánico entre el público y los mismos jugadores.
Luego del susto, nos situamos en la noche del 24 de agosto de 1963. El Real Madrid se encontraba alojado en el Hotel Potomac de la ciudad de Caracas, José Santamaría y Alfredo Di Stefano compartían habitación. En plena madrugada, desde la recepción llaman a Alfredo Di Stefano, diciendo que unos policías que hacían una investigación sobre drogas querían hablar con él. Cuando Di Stefano se negó a bajar al pensar que se trataba de una broma de sus compañeros, los supuestos policías decidieron subir a buscarlo. Al llegar a su habitación le pidieron que los acompañara a la estación de policía para poder tomar sus declaraciones, a lo cual Di Stefano accedió. Finalmente al salir del hotel, lo montaron en un auto donde le vendaron los ojos y se dirigieron a una locación desconocida. Sí, el mejor futbolista del mundo había sido raptado.
Sus captores eran las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Venezuela, un grupo revolucionario que buscaba reconocimiento para su causa. Querían ser vistos como una verdadera organización y no como un simple grupo guerrillero, y vieron en Alfredo Di Stefano su oportunidad de oro.
Di Stefano fue llevado a un pequeño apartamento en el centro de Caracas, donde fue atado. Sus captores le explicaron que no buscaban dinero ni le harían daño, que sólo querían el reconocimiento del país y del mundo. Como era de esperarse, la noticia inmediatamente recorrió todo el mundo causando gran asombro. De cierta forma el objetivo de la FALN se había cumplido: el nombre de la organización se encontraba en las portadas de todos los diarios junto al nombre de uno de los jugadores más famosos de la historia.
Por su parte, el resto del equipo prácticamente se encontraba encerrado en el Hotel Potomac mientras en las afueras del hotel se armaba un auténtico caos con disparos y revuelo. Esto hizo que todo el equipo quisiese volver inmediatamente a España, a lo cual Santiago Bernabéu (en ese entonces Presidente del Real Madrid) dijo que no pueden dejar sólo a Di Stefano, que deben quedarse en Caracas hasta que se completara su liberación.
Mientras que Alfredo aún se encontraba secuestrado y completamente asustado por la situación, el equipo recibía desde España una orden inimaginable: debían jugar el partido de ese noche contra Porto. El Real Madrid se dispuso a jugar con la mente en otro lugar, mientras que el mismo Di Stefano escuchaba la transmisión radial del partido.
Finalmente, después de más de 70 horas de secuestro, sus captores le comunican que sería liberado al mediodía del día siguiente. Querían dejarlo cerca del hotel, a lo cual Di Stefano dijo que no y sugirió que lo dejaran cerca de la embajada española. Y así sucedió, los secuestrados liberaron a Di Stefano en la Avenida Libertador. Alfredo inmediatamente saltó del auto y se escondió durante un tiempo prudencial detrás de un árbol, hasta que se fueron. Luego tomó un taxi hasta la embajada española donde inmediatamente lo reconocieron. Enseguida llamaron a Madrid y al hotel para comunicar la feliz aparición del astro español.
Pero aún faltaban cosas extrañas por suceder. Rápidamente se organizó una rueda de prensa para anunciar al mundo su liberación, pero Di Stefano presentó una extraña actitud. Durante la entera rueda de prensa Di Stefano dijo, con notable cara de angustia, que lo trataron muy bien, que no le hicieron nada ni lo amarraron, que hasta jugaron ajedrez con él; casi hace una reverencia hacia sus secuestradores. Sin embargo, su actitud tenía una razón: la sala estaba llena de las mismas personas que lo habían secuestrado, los guerrilleros estaban también infiltrados en la policía. Así que Di Stefano no tuvo más remedio que mentir por temor a cualquier cosa que aún le pudieran hacer.
Ya con Di Stefano sano y salvo no había ninguna razón para permanecer ni un minuto más en Venezuela, o al menos ese creían los jugadores. Sin embargo, Santiago Bernabéu insistió en que el Real Madrid debía disputar el partido de esa noche vs Sao Paulo, para transmitir la sensación de normalidad y valor. Para asombro de todos el mismo Di Stefano jugó, no porque quisiera sino por el mismo compromiso que ser la estrella conllevaba. Tras el partido, ahora sí, el Real Madrid puso rumbo a España no sin antes haber pasado el susto de sus vidas. Y fue así como el mejor futbolista del mundo fue secuestrado y liberado en 3 días que marcaron su vida para siempre.
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