Los expertos en ramas como la medicina o la psicología explican la memoria selectiva como un fenómeno por el cual un individuo (o grupo de estos), puede recordar perfectamente algunas cosas y olvidar completamente otros sucesos.

Este brote de fallo memorístico apareció en primer lugar en la figura de Gerard Piqué, que tras empatar el F.C Barcelona en el feudo sevillista, y poner el liderato en bandeja al Real Madrid, aseguraba que "Ya no dependemos de nosotros. Va a ser difícil ganar esta Liga. Al no depender de nosotros, haremos todo lo posible pero se van a perder pocos puntos. Viendo las jornadas que han sucedido, va a ser difícil que el Real Madrid pierda puntos. Viendo las dos jornadas que llevamos va a ser difícil pero lo vamos a intentar" dejando entrever ciertas ayudas en las dos primeras jornadas a favor del equipo de la capital.

Esta tendencia, ayer día 21 de junio, se extendió como la pólvora entre los aficionados y medios culés, alegando que el VAR estaba beneficiando al Real Madrid y que su victoria en Anoeta había sido fruto de las "malas artes" aplicadas por el colegiado y los responsables del sistema de vídeo-arbitraje. Curioso que que al ver las imágenes repetidas, una gran porcentaje de la masa futbolística popular alabe el trabajo del colegiado.

Esta lucidez, entiendo que no estaba presente tras el encuentro disputado entre F.C Barcelona y Real Madrid en el Cam Nou, cuando Lenglet hundió sus tacos en el muslo de Varane, pero el colegiado ni se molestó en mirar el VAR ni quiso pitar penalti.

Esta misma circunstancia, se repitió en el Benito Villamarín, cuando el colegiado José María Sánchez Martínez, expulsó de manera descarada a Fekir y "no vió" la falta en el gol de Lenglet o le perdonó la expulsión a Sergi Roberto. En aquellos momentos se hablaban de errores humanos, hoy el cuento ha cambiado.