Hay veces que sin quererlo ni saberlo una persona de repente encuentra su lugar en el mundo. Esta es la historia del hechizo que Cádiz, una pequeña ciudad de sur de España produjo en un futbolista irrepetible. Esta es la historia de Jorge “Mágico” González, el futbolista que puso ser todo pero no quiso.
La de Jorge “Mágico” González no es sólo la historia de un futbolista irrepetible, sino de una relación irrepetible; la que forjaron un desconocido futbolista salvadoreño y Cádiz. Hace ya más de 30 años del inicio de aquel romance que aún hoy en día sigue alimentando charlas, debates, una historia que cada día da un pequeño paso más hacia la leyenda.
Pese a no haber pertenecido a los grandes clubes del mundo o a alguna de esas selecciones poderosa que lograban títulos importantes, se destacó entre tantos y tantos jugadores que existieron y existen dentro del mundo del fútbol. Y eso no es poco.
Conocido en El Salvador como “El Mago” Jorge se transformó en el “Mágico” en el Mundial de 1982 celebrado en España. A pesar de recibir 15 goles y perder todos los partidos, el mundo recordaría un apellido de aquella selección salvadoreña: González. Tras su brillante actuación en el Mundial, media Europa pregunta por aquel mago desconocido.
A pesar de que el París Saint-Germain llegó a ofrecer una importante cantidad de dinero, “Mágico” decidió declinar esta oferta ya que no le atraía la idea de Paris como ciudad para vivir. Es aquí donde entra en escena Cádiz, una ciudad que irradia alegría de solo mirarla. Como equipo, Cádiz nunca rimo con títulos. Este fue el destino elegido por el “Mágico”.
La gente lo disfrutada todos los domingos en el estadio Ramón de Carranza. Lo que sucedía en los partidos permanece en la memoria de toda una ciudad. El “´Mágico” era espectáculo puro, la pelota era arte en sus pies. Todos empezaron a notar que aquel jugador tenía algo más, que hacia cosas que otros no podían hacer. Sus regates increíbles, su aceleración y desaceleración desopilante y sus pases imposibles inmediatamente enamorar a toda una afición. Donde el “Mágico” ponía la vista, allí ponía el balón.
El salvadoreño se convirtió en la sensación en España y tuvo la dicha de marcar ante el FC Barcelona uno de los goles más bonitos jamás vistos en la historia del fútbol español. Tenía un repertorio completo de grandes jugadas, era un artista con el balón.
Pero aquel romance entre jugador e hinchada sólo presentaba un problema y es que el “Mágico” dormía demasiado. En vez de dormir 7 u ocho horas como una persona normal, él dormía 15 o 20 horas a cualquier momento del día. Esto causaba que se levantara tarde para ir a entrenar o que simplemente no se levantara.
El problema no era que el “Mágico” durmiera mucho, sino que no acostumbraba hacerlo durante las noches. Llevaba una vida desordenada fuera del terreno de juego. Era amante de la fiesta a tal punto que “noche” y “Mágico González” eran prácticamente sinónimos. No era aficionado al alcohol, de hecho solía beber leche, pero era un fiestero a morir. Toda la ciudad sabía lo que hacía con el balón en los pies, pero toda la ciudad también sabía lo que hacía cuando no lo tenía. Le encantaba estar en las discotecas celebrando toda la noche y este hacía que surgieran problemas con la directiva del club. Hubo incluso una ocasión en la que permaneció 18 días sin presentarse a entrenar, lo que le acarreo multas y que se perdiera varios partidos por decisión técnica.
El Cádiz estaba cansado de la indisciplina del “Mágico” así que le buscaban una salida y el Barcelona de Diego Armando Maradona se interesó por él. Se lo llevaron a una gira por Estados Unidos con el club para probar como le sentaba vestir la camiseta de un grande. En esa gira el “Mágico” demostró a todas luces que era un futbolista para el FC Barcelona. El mismo Maradona se rindió a los pies del salvadoreño dejando claro que él era el mejor.
Dentro de la cancha Jorge hizo suficientes diabluras como para justificar su contratación con el club culé, pero por las que hizo lejos del césped regresó a Cádiz. Sólo que cuando el Barcelona se disponía a viajar a Estados Unidos para la gira, el “Mágico” llegó tarde, perdió el avión y tuvo que irse un día después en otro vuelo. Al Barcelona le asustaban las actitudes del “Mágico” e hicieron que terminaran declinando su fichaje. Esa falta de ambición fue la que frenó la carrera de un jugador que estaba llamado a ser uno de los más grandes de la historia, la diversión estaba por delante de la ambición.
La paciencia del Cádiz llegó a su fin en enero de 1985 cuando es traspasado al Real Valladolid donde se encontró con un equipo es apuros que anhelaba disfrutar del jugador y cambiara a la persona. Pero en los 6 meses que estuvo en Valladolid, “Mágico” sólo jugó 9 partidos y anotó 2 goles. Su comportamiento fuera del campo se alejaba mucho del esperado por un profesional.
Aunque el Presidente del Cádiz juró nunca más fichar a Jorge González, la presión de la afición logró que el “Mágico” volviera a vestirse de amarillo. En el club pensaron que el salvadoreño había aprendido la lección, pero nada más lejos de la realidad. Jorge se convirtió en una máquina de acumular multas por indisciplina. La verdad es que el dinero no era importante para el “Mágico”.
Fue en su segunda etapa en el Cádiz donde el “Mágico” dejó las mejores muestras de su fútbol. Nada había cambiado en él, pero al menos sus noches se olvidaban con sus tardes de fútbol. Las cosas que hacía “Mágico” cuando quería jugar eran impresionantes, era como si el Cádiz en vez de jugar con 11 jugadores, jugara con 13. El rendimiento del salvadoreño volvía a despertar interés, esta vez de un club italiano.
Hubo una oferta concreta del Atalanta de Bérgamo. Hubo una reunión en Cádiz para hablar sobre su traspaso y Jorge preguntó si en Italia había pescado frito. Al encontrarse con un no como respuesta, el “Mágico” decidió que no quería ir allí. En ese entonces ya no era posible separar a Cádiz del “Mágico” González, porque al uno no se le entendía sin el otro.
7 años después de su llegada, el “Mágico” salió de Cádiz. Dicen que volvió a El Salvador, a su equipo de toda la vida. Dicen que se hizo taxista, algunos que desapareció y otros que por las tardes se le puede ver jugando al fútbol.
Hoy el Cádiz milita en la 3ra división de España. Mientras esperan días mejores, un estadio y una ciudad siguen contando en cada bar, en cada esquina y en cada carnaval la historia de Jorge “Mágico” González. Cuando uno lo ve jugar se pregunta ¿Por qué no fue más grande? ¿Por qué no eligió otro camino? ¿Por qué no probó suerte en alguno de los grandes clubes que de seguro lo harían llegar a lo más alto del fútbol? Recordemos que tenía todas las condiciones para pelear de igual a igual con quien fuera y reinar el fútbol mundial. Creo que la respuesta más sincera es que simplemente porque no quiso.
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