Finalmente ya hemos pasado todo el alboroto y la fanfarria de la entrega del Balón de Oro 2018, que trató de premiar a los mejores del año, no sin muchas polémicas de por medio. Pero hubo un jugador que nadie extraño durante la premiación y que en este punto se ha vuelto casi un completo desconocido en el mundo del fútbol: Neymar.

Desde su llegada al Barcelona, el brasileño se había convertido en un habitual de este tipo de premios, siempre entre los finalistas y en los reflectores. Sin embargo, este año parece que todos se han olvidado de Neymar, ya que no recibió ni un solo voto para el FIFA The Best y quedó 12do en la carrera al Balón de Oro. Y la verdad es que no sorprende que esto sucediera.

Recordemos que el verano antepasado Neymar sorprendía a propios y extraños al firmar con el PSG y convertirse en el traspaso más caro de la historia, abandonando al Barcelona luego de 4 temporadas donde ganó todo con el club culé. Con esto Neymar buscó desligarse definitivamente de la sombra de Messi, con la clara intención de convertirse en el mejor del mundo.

Sin embargo su plan ha sido, hasta ahora, un fracaso rotundo. El brasileño llegó a París con una expectación gigantesca, pero por ahora no ha sido más que una gran decepción de 222 millones de euros. Neymar inmediatamente se dio cuenta de su error al fichar con el PSG, ya que estando en una liga de segundo nivel europeo le sería imposible estar a la altura de Messi y Cristiano Ronaldo. A Neymar sólo le tomó un mes aburrirse del fútbol de la Ligue 1, así que no tuvo mejor cosa que hacer que refugiarse en la noche de París y en sus constantes fiestas.

A pesar de todo, veíamos que Neymar tenía aún una oportunidad de convertirse en el mejor jugador del mundo: si ganaba la ansiada Champions con el PSGy ganaba el Mundial con Brasil, el trono sería suyo. Pero una lesión lo privó de estar en la vuelta de los 8vos de final vs Real Madrid y dijo adiós a lo que quedaba de temporada. Mientras que en el Mundial, Neymar estuvo muy lejos de mostrar su mejor fútbol; parte culpa de su lesión, parte culpa de él. Todos, incluso yo, esperábamos que este fuera el Mundial de Neymar, donde se pusiera a la Selección sobre la espalda y la llevara a ganar su ansiada sexta estrella; pero nada más lejos de al realidad, todo esto que esperábamos de Neymar resultó ser sólo humo.

Lo peor para el brasileño es que Rusia parecía ser su último tren para alcanzar su objetivo de destronar a Mesi y Cristiano Ronaldo, y de esta forma ser el heredero del fútbol mundial que estaba llamado a ser desde que tenía 17 años. Pero Neymar no es ningún niño, tiene 26 años y las posibilidades de ganar un Balón de Oro se ven cada vez más lejanas para él. A esa edad Cristiano Ronaldo ya tenía un Balón de Oro en su vitrina, mientras que Messi presumía de haber ganado 4; pero Neymar no ha estado ni siquiera cerca de ganar el primero.

Claro, si revisamos los números de Neymar la pasada temporada no son malos, de hecho terminó siendo uno de los goleadores de la Ligue 1. Pero es que simplemente el nivel de la liga francesa no se compara en ningún punto a la liga española. Neymar hace lo que le da la gana en los campos de Francia, tanto así que se aburre y tiene que entretenerse humillando al rival con sus habilidades con el balón.

La triste realidad para el brasileño es que se encuentra perdido y sin posibilidades de aspirar a nada en el Paris Saint-Germain. Llegó a Francia para liderar el equipo y a día de hoy se encuentra por detrás de Cavani y Mbappé, las verdaderas estrellas del equipo. Y Neymar sabe todo esto, sabe que cometió un error. Por eso intentó ofrecerse como fuera al Real Madrid incluso antes de finalizar la pasada temporada. Pero su dudoso comportamiento extra-cancha aunado a la alta suma de dinero que pedían por el hizo que el Real Madrid lo descartara. Cuando firmas un contrato con un jeque es como si le vendieras tu alma al diablo.

Neymar ha pasado de ser “El heredero” a “El olvidado” y sus oportunidades de ser el nuevo rey del fútbol mundial se han desvanecido por completo. Es cierto que aún es joven, pero está a años luz de ser el mejor del mundo, además su rendimiento sobre la cancha va en descenso inevitable y parece que Neymar tampoco quiere hacer mucho para que sea diferente. Al brasileño sólo le queda mirar como Messi y Cristiano Ronaldo se mantienen en lo alto mientras que Mbappé corre a toda prisa a ocupar su lugar como heredero del trono de mejor jugador del mundo. Neymar pasará a la historia como el jugador que quiso ser el Rey, pero simplemente no pudo y terminó abdicando siendo aún un príncipe.