El día 23 de octubre de 1940 en la localidad brasileña de Tres Corazones, en el estado de Minas Gerais, dio sus pataditas iniciales, Edson Arantes Dos Nascimento, quien posteriormente fuera ampliamente conocido como «Pelé», para muchos el mejor futbolista que haya podido existir.

Desde muy pequeño comenzó a divertirse jugando fútbol contra muchachos de su barriada, quienes poco tiempo después tuvieron que conformarse con seguir sus genialidades a través de los medios de comunicación, ya que un ojeador del Club Atlético de Baurú, se percató de las habilidades naturales del chico de apenas 13 años y no dudó en reclutarlo, dando inicio a una meteórica carrera profesional que lo llevaría hasta su consagración final.

Tuvo la fortuna de contar con la ayuda técnica del entrenador Valdemar de Brito, exintegrante de la selección nacional brasileña que participó en el Mundial FIFA 1934, en Italia. Valdemar de Brito cobra mucha importancia en la vida deportiva de Pelé por ser el mismo que lo recomendó al Club Santos de São Paulo, donde permaneció por espacio de dieciocho largos años.

La diosa de la fortuna no tardó en mostrar la sonrisa al humilde muchacho de diecisiete años y en el Mundial de Suecia 58, comenzó a deleitar a la afición mundial con su «jogo bonito», anotando dos espectaculares golazos que sumados a otros dos de Vavá y uno del Zagallo, fueron determinantes para vencer con pizarra 5-2 a la representación de Suecia, para darle a Brasil su primera Copa del Mundo. Pelé había marcado 6 goles y desde aquel histórico momento, todos comenzaron a llamar al naciente ídolo, «O Rei».

Luego de la Copa Mundial de 1958, Pelé tuvo una nueva oportunidad para continuar demostrando su calidad futbolística, en esta ocasión le correspondió a Chile ser anfitrión de la «Copa Jules Rimet 62», pero tristemente solo pudo anotar un gol por causa de una lesión muscular y tuvo que presenciar los siguientes partidos desde la banca. En esta edición Brasil se adueñó del la Copa por segunda vez en la historia.

La consagración definitiva la logró en «La Copa México 70» donde anota su gol número 1000 y se convierte en el único futbolista capaz de ganar tres Copas FIFA del Mundo.

Pelé decide despedirse de la afición y el 14 octubre del 1974, juega su último partido con la camiseta del Santos, sin embargo, aún no había llegado el tiempo de ida y un año después reanuda sus actividades con el equipo «Cosmos de Nueva York», donde estuvo por tres temporadas. El campo de Nueva Jersey será testigo del retiro definitivo del astro en aquel inolvidable 1 de octubre de 1977.

Pelé brilló con luz propia dentro y fuera de los campos de futbol. No debemos olvidar que siempre se condujo como un auténtico caballero y jamás fue expulsado, tampoco recibió castigo de una tarjeta amarilla.

¡Dios salve al Rey!