Iker Casillas levanta la copa en el Estadio Ernst Happel / Fuente: Diario AS

Desde hace más de una década, los españoles esperamos las competiciones de selecciones con el gusanillo de volver a vivir esa experiencia que se vivió entre el año 2008 y el 2012.

Desde entonces se ha obviado la larga travesía en el desierto que vivió durante décadas. Selecciones prodigiosas que iban cayendo en los más que malditos cuartos de final. Hace casi doce años algo cambió, nos remontaremos al principio, cuando volvimos a ser grandes.

Eurocopa 2008: Austria y Suiza

Tras una clasificación convulsa, la selección española de Luis Aragonés llegaba a esta Eurocopa con una plantilla compacta y preparada para abordar esta complicada competición continental.

En el horizonte, una fase de grupos donde nos veríamos las caras con la Suecia de Ibrahimóvic, la selección griega que cuatro años logró Eurocopa y una exótica Rusia que daría mucho que hablar en el torneo.

En el primer partido nos vimos las cara con los rusos, liderados por Arshavin o Pavliuchenko. Una cómoda victoria (4-1) con un hat-trick de Villa y un gol de Cesc Fábregas en el tramo final del encuentro.

En el siguiente partido, disputado en Innsbruck ante Suecia, la selección consiguió una apretada victoria con un gol de Villa en el minuto 90.

El último partido de la fase de grupos frente a Grecia era un mero trámite, ya que la clasificación ya estaba sellada. Salieron al terreno de juego los menos habituales y pese a comenzar perdiendo, primero De la Red y posteriormente Güiza, voltearon el resultado para lograr así una inmaculada clasificación para los terribles cuartos de final.

Ahí nos esperaba la peligrosa Italia con Buffón, De Rossi o Pirlo a la cabeza. Un partido tosco llegó al minuto 120' con un empate a cero en el electrónico.

En la tanda de penaltis, Iker Casillas obró el milagro parando dos penaltis. Dani Güiza, quién contó con muchos minutos durante la competición falló y dejó la responsabilidad a un joven Cesc Fábregas, que certificó el pase a una semifinal de una Eurocopa, algo que no se veía desde 1984.

En semifinales nos esperaba una Rusia muy distinta a la que vimos en fase de grupos. Tras barrer a Holanda, que era uno de los favoritos del campeonato, se plantaron en una semifinales continentales. El objetivo ahora era olvidar el partido de fase de grupos y centrarse en un equipo que había evolucionado muchísimo.

España venció con holgura a Rusia tras una sensacional segunda parte donde primero Xavi, posteriormente Dani Güiza y por último David Silva, certificaron una clasificación para la final de la Eurocopa por segunda vez en la historia de la selección.

En la final nos esperaba la poderosa Alemania. Tras unos primeros minutos de dominio teutón, Torres, en la jugada que todos recordamos, se adelantó a Lahm para batir con maestría a Lehmann.

El gol vino seguido de un gran despliegue de fútbol que mantuvo segura la portería de Iker Casillas durante el resto del encuentro.

Esto fue el principio de una edad dorada para el fútbol español que vino seguido de un Mundial y otra Eurocopa en los seis años siguientes. Este artículo sirve para demostrar esa delgada línea que nos separaba de no ser nadie, a ser los mejores.