¿Por qué la Champions League se lleva todos las fotos, las coberturas, los artículos y no sucede lo mismo con la Copa Libertadores? La respuesta fácil de algunos: porque es el mejor fútbol. Y es cierto en alguna medida, pero esto tiene su origen en el semillero latinoamericano.

Fuente: google.com

Sabemos bien que la principal diferencia es el desarrollo económico, más allá de todas las cuestiones técnicas de las que podemos hablar. Sudamérica aporta la materia prima y Europa la manufactura en su industria.

Según la FIFA, Brasil y Argentina son quienes más futbolistas exportan. En el lapso 2011-2014, enviaron 8.158 jugadores al otro lado del océano. Siguen en la lista México, Colombia y Paraguay.

Pero ya volveremos sobre este punto. Ahora enfoquemonos en el estilo y desarrollo de juego.

Los equipos latinos llevan una tradición de juego abierto con concentración en el ataque. En cambio, el juego europeo aplica una rigurosa disciplina y da muchísimo menos margen a la libertad del jugador.

Técnicamente, nuestros futbolistas latinoamericanos tienen una confianza y una relación con la pelota en cuanto la tocan que los impulsa a avasallar a todo quien se les cruce. La espontaneidad y la actuación individual son características propias de nuestro fútbol. Los europeos, en cambio, como parte de sus estrictos principios, tradicionalmente no han fomentado la individualidad. No hay lugar a los trucos, sino al pase directo.

Ahora bien, algo ha cambiado desde la Copa Mundial del 2002. En Europa, las Federaciones transformaron la pedagogía en el desarrollo de su fútbol.

Era demasiado físico y sin lugar al juego mismo. Cambiaron las formas de entrenar los ciclos inferiores y en tramos de cinco años : de 5 a 10, de 10 a 15 y de 15 a 20. Empezaron a enfocarse en la posesión y en el conocimiento de su posición para poder luego abrirse al campo con dominio de la pelota. Este cambio de enseñanza es producto de una decisión conjunta entre las Federaciones, los clubes y los Estados. Todos los países europeos cuentan con Ministerios de Deportes. Se estructuran entrenamientos acordes para desarrollar a sus futbolistas y así lleguen capacitados al momento de ser convocados por sus seleccionados nacionales. No hace falta mencionar que las diferencias con nuestros países sudamericanos son abismales en este sentido.

 
La triada imparable MNS: Messi - Neymar - Suárez. La aplanadora latina del Barcelona. Fuente: google.com

Pero lo cierto es que todo lo que están incorporando lo tomaron del fútbol sudamericano. Por esto, hoy el fútbol europeo está adelantado al nuestro. Ellos incorporaron nuestros métodos de trabajo y aquí tomamos los que ellos ya no aplican. El jugador europeo no corre más, como pareciera. Corre menos y mejor. Es pura riqueza técnica.

Pero mientras tanto, mientras sus futbolistas van adquiriendo nuevas formas, los jugadores latinoamericanos maduran deportivamente allí, en la escuela más exigente del mundo.

La Liga Europea es un torneo de un nivel excepcional casi imposible de imitar aquí, por el auspicio empresarial y los sueldos millonarios. Y así volvemos a la diferencia crucial: el desarrollo económico.

Nosotros, la materia prima. Ellos, la industria. Está más que a la vista: en las finales de la Champions más de la mitad de los jugadores que las protagonizan son latinoamericanos.

El Barcelona no sería la máquina aplanadora que es sin la triada Messi - Neymar - Suárez. Di María y Falcao García, en el Manchester. Alexis Sánchez y David Ospina, en el Arsenal.

El Mundial de Clubes, que enfrenta a los ganadores de las competencias continentales pero suele tener, por tendencia lógica, como protagonistas al campeón de la Champions League y al campeón de la Copa Libertadores es una muestra más. Si bien los últimos cinco campeonatos se los llevó Europa, el motor de esos títulos lleva sangre latinoamericana.

En la final de 2015 entre River Plate y el Barcelona, de los 22 jugadores que estaban en el campo, 17 eran sudamericanos. Y las estrellas del partido fueron los componentes del trío mencionado: Messi - Neymar - Suárez (Arg - Bra - Uru)

Messi y Barovero frente a frente en la final del Mundial de Clubes 2015. Barcelona 3 - River 0. Fuente: google.com

Podría decirse que la emigración de talentos desde nuestras tierras para desarrollarse deportivamente en el viejo continente no cesará hasta que Europa produzca futbolistas de igual o mejor destreza ó hasta que las condiciones económicas de nuestros países propicien la mejor formación profesional en el suelo propio. No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que el semillero sudamericano no dejará de dar frutos bajo las circunstancias que sean. Porque acá hay algo que no se aprende, algo con lo que se nace y acompaña a nuestros pibes desde el primer paso ya sea en una canchita, una playa, una placita, un potrero o en el medio del barro: el amor innato por la redonda. Y eso, merece ser escrito.

Si te gustó mi post, ¡te invito a que me sigas y les des un voto a mis artículos!