Una jaula para perfeccionar la recepción del balón y la precisión de los pases empieza a cobrar fuerza entre los grandes clubes. Medir distancias y monitorear intensidad no solo en los partidos, sino en los entrenamientos es cada vez más común.

El GPS suele utilizarse para dar más eficacia al proceso de entrenamiento, mientras que los drones para una mejor comprensión

La tecnología está a la orden del día, y en el deporte no es la excepción, sobre todo ahora que se acerca el Mundial.
El uso de esta ha ayudado a los DT de diversos clubes deportivos a mejorar sus estadísticas mediante la recopilación de datos y el posterior análisis de los mismos.
Por ello, Gestión hizo un recuento de los que han tenido mayor notoriedad –y éxito– en los últimos tiempos.
1. Footbonaut
Es uno de los más resaltantes. Se trata de un robot creado para que los jugadores perfeccionen su técnica y la calidad de los pases. Cuesta US$ 3.5 millones.
Este mecanismo consiste en una jaula de 14 metros cuadrados con paneles desde los que se lanzan pelotas (a una velocidad regulable) que el jugador, ubicado en el centro del campo, debe parar y luego enviar al cuadrado indicado por una luz.
Además de ayudar al futbolista a mejorar su precisión, el dispositivo va registrando lo que hace cada jugador y puede comparar su evolución semana a semana.
También hace que la práctica sea mucho más intensiva: 200 balones se reciben en 10 minutos, mientras que en un partido habría que jugar durante cuatro horas para alcanzar esa cifra.
2. Er1c
Sirve para estudiar videos deportivos. Se trata de un software encargado de acumular información y gestionar una base de datos que ayuda al cuerpo técnico a tener constancia de todo lo que hacen sus jugadores en el campo. Su precio mensual es de US$ 1,203.
Asimismo, analiza las tácticas más utilizadas por sus siguientes rivales o el rendimiento de los futbolistas a los que están investigando para mejorar su plantilla en el mercado de fichajes.
El objetivo final es pasar un informe en video a los jugadores sobre sus actuaciones en los partidos: qué hacen bien, qué hacen mal, qué deben mejorar.
De esta manera, hay siempre varios miembros del staff técnico que están analizando cómo juega el equipo desde el punto de vista físico o táctico. En tanto, otros miembros se encargan de analizar a los equipos rivales.
3. Drones y GPS
Son las herramientas que suele utilizar para darle más eficacia al proceso de entrenamiento.
El GPS se usa para no entrenar de menos ni tampoco de más. Aquí es muy importante ver la intensidad con la que se desplazan los futbolistas.
Además, hay ciertos rasgos genéticos que dan esos datos, por lo que puedes ver quiénes tienen características físicas para jugar en el alto rendimiento del fútbol mundial.
Por otro lado, muchos entrenadores también cuentan con un dron sobrevolando el predio de entrenamiento y un carro de golf adaptado donde se posa una pantalla que transmite las imágenes captadas por el aparato.
Esto permite que los jugadores comprendan más rápido lo que se quiere marcar. Y es que el dron tiene un plano de filmación que facilita la comprensión.
4. Chips y sensores
Quizá sean los más populares entre los DT. Y es que los chips instalados en las camisetas de entrenamiento buscan vigilar el trabajo de los entrenados.
La tecnología, en tiempo real, va dando datos sobre lo que se está haciendo en la cancha: nivel de esfuerzo o si alguien no está entrenando bien.
Hace varios años también se viene trabajando con sensores colocados tanto en los futbolistas como en las pelotas durante los entrenamientos.
Mediante este sistema se recolectan datos sobre la performance y el rendimiento físico de cada jugador. Esa información llega – también en tiempo real– al director técnico, quien la visualiza en una tableta o con los Google Glass.
5. Cobre en instalaciones
Pueden ser las menos sofisticadas de la lista, pero sus resultados –de acuerdo a expertos– son resaltantes.
El cobre en la construcción de instalaciones de entrenamiento es usado por sus propiedades antibacterianas, ya que, según estudios médicos, el metal puede eliminar en forma continua el 83% de las bacterias que provocan enfermedades.