Nueva decepción en Old Trafford

Tras tres victorias consecutivas frente a Burnley, Watford y Young Boys, los diablos rojos parecían haber acomodado el camino tras un turbulento comienzo en Premier League, el fin de semana era la oportunidad perfecta frente a su público de demostrar en Old Trafford vs Wolves que este equipo ya se había encontrado y que más allá de no tener un juego vistoso, habían encontrado algo de solidez y regularidad, detalles muy importantes para ganar trofeos. El destino deparaba otra cosa para los dirigidos por Mou.

José Mourinho consternado ante la realidad de su equipo

El día empezaba bien para el United, tras un primer tiempo parejo, un gol del recién llegado Fred tras un exquisito pase de Pogba puso a los diablos rojos por encima del marcador, en ese momento el partido lucía controlado. En el segundo tiempo, los de Manchester intentaron aumentar la ventaja pero se encontraron con el recurrente problema de generación de volumen de juego que los ha caracterizado desde la llegada de Mourinho, un Alexis Sanchez con más intención que fútbol, un Lukaku errático, Jesse Lingard con poca influencia en el ataque, fueron solo algunas de las razones por las cuales el United no pudo conseguir el anhelado 2-0 y como dice el dicho "Al que no hace, le hacen", los Wolves encontrarían en un mal pase de Pogba, el empate tras una buena definición de Joao Moutinho que dejó a De Gea sin ningún tipo de oportunidad.

La frustración de Pogba

Tras la igualdad, los de Mou cayeron en lo mental, nuevamente recurrieron a lanzar centros para Fellaini, Lukaku y Martial, irónicamente más allá de que el United juega mucho a eso, tiene pocos jugadores que puedan hacer buenos centros para aprovechar la gran altura con la que cuentan, es por eso que esta estrategia una vez más terminó fallando y los diablos rojos perdieron dos puntos ante un equipo recién ascendido. En una Premier donde Liverpool, City y Chelsea ya han sacado una gran ventaja, el Manchester United no puede permitirse fallar en oportunidades como la del pasado sábado, todavía es temprano (jornada 6) pero el tren de la Premier avanza a toda marcha y el equipo más ganador de Inglaterra parece todavía no estar listo para montarse en el mismo, la irregularidad es el peor enemigo que puede tener un equipo top y más uno con las responsabilidades y deberes que tiene el grande de Manchester.