Volver al club donde naciste y sacarlo campeón, luego de haber triunfado en el exterior, es como un hijo agradecido que cuida de sus padres los lleva a pasear y a cenar. En Argentina existen muchos ejemplos y con un caudal riquísimo de títulos, historias y alegrías.

Desde Enzo Francéscoli, Juan Román Riquelme hasta Juan Sebastián Verón, Diego Milito y Maxi Rodríguez. Hay casos donde se registran dos vueltas en el mismo o en distintos equipos.

El uruguayo brilló en Italia y Francia. Tanto fue la marca que dejó en el país galo, que un tal Zinedine Zidane bautizó a uno de sus hijos con el nombre Enzo. El Príncipe volvió a River para salir campeón invicto en el torneo local, ganar un tricampeonato, ser goleador, salir campeón de la Copa Libertadores y la Supercopa.

Ariel Ortega es otro de los ídolos de River repatriados sin que su calidad se vea afectada. También salió campeón con el millonario y nos regaló golazos inolvidables como el que le hizo a San Lorenzo, día en el que ni la lluvia opacó sus condiciones.

“En las malas, mucho más” dice la gorra de Fernando Cavenaghi. El Torito volvió en el peor momento del club y la vida lo premió con una Copa Libertadores en 2015 con eliminación de Boca Juniros mediante.

Riquelme hizo lo propio luego de dejar una buena imagen en Villarreal. La última Libertadores haya sido el máximo rendimiento en su carrera. Su última vuelta fue a Argentinos Jrs., paso que significó el regreso a primera división del equipo de Paternal.

Otros jugadores vieron con buenos ojos volver al club de sus amores y retirarse con la gloria. Existen los casos donde los hinchas lo definen como “volvió para robar”, pero no vale la pena mencionarlos. La intención de este texto es recordar a aquellos que vinieron bien, esos jugadores-hinchas de los equipos que hicieron historia.

Racing contó con la vuelta de Diego Milito. Ex delantero de la selección, estrella mundial que consiguió una Champions Leage con el Inter de Milán. Milito volvió a la academia también para sacarlo campeón. Otro ídolo de Racing vigente es Lisandro López, que cada día se hace querer más a fuerza de goles y buenas actuaciones. Volvió tan bien, que el equipo de Chacho Coudet permanece cómodo en la punta del campeonato.

El Rolfi Montenegro vivió uno de los momentos más gloriosos de la historia de Huracán. Salió campeón de la Copa Argentina y le ganó la Supercopa, nada más ni nada menos, que al campeón de América, River. Además, llevó al globo a la final de la Copa Sudamericana.

Por el lado del equipo rival, Leandro “Pipi” Romagnoli también estuvo un momento histórico de San Lorenzo. Campeón del torneo local y de la primer Copa Libertadores del club. Plantel que disputó la final del Mundial de Clubes ante el Real Madrid de Cristiano Ronaldo.

Maxi Rodríguez volvió a Newell’s Old Boys en un nivel superlativo. Tal es así que no sólo lo sacó campeón, sino también que pedía a gritos su presencia en la selección argentina y fue quien le dio el pasaje a la final de la copa del mundo de 2014. Tras ganar títulos con Peñarol, actualmente está de nuevo en La Lepra y ya se despachó con un golazo ante Boca Juniors.

Con las mismas iniciales que el anterior protagonista, pero en el equipo rival, Marco Ruben tuvo su recompensa. Después de haber perdido finales y de quedarse en el camino en las copas con arbitrajes polémicos, el canalla finalmente se consagró campeón de la Copa Argentina. Con el agregado de haber eliminado anteriormente a Newell’s Old Boys.

Juan Sebastián Verón es un caso más que especial. No sólo porque le devolvió la mística copera al pincharrata, sino que casi ese equipo histórico dirigido por Sabella casi le gana al mejor Barcelona de todos los tiempos. Tiene el cargo emotivo que su padre también es ídolo del club y hoy es el presidente de Estudiantes de La Plata.