Hoy mi viejo cumpliría 75 años. Este es un homenaje a él

Mirar partidos con mi viejo: un ritual que fue mutando con el tiempo. En los últimos años, ver fútbol no era lo mismo que en a finales de los 90. Fue el Indio Solari quien dijo: “Los tiempos cambian y uno cambia con el tiempo”.

Todo comenzó una madrugada del 96, cuando mi padre me zamarreó para despertarme y ver la copa intercontinental: River vs. Juventus. En ese equipo italiano jugaban un tal Alessandro Del Piero(quien convertiría el gol del triunfo) y otro que jugaba más o menos, Zinedine Zidane. River, estaba jugando la final del mundo.

En el 97, fue el punto máximo de nuestro “romanticismo paterno”; todo gracias a River, a el Enzo y a Ortega, entre otros. A la hora del partido, el living era nuestro. La previa era abrigar el respaldo del sillón con camisetas del Millo, y encima de ellas, un trapo que me regaló mi padrino a los 15 años. La tela estaba pintada en aerosol y era un escudo del Millo que emergía con frenesí y hacía trizas el de Boca Jr.

Mientras yo me volvía loco porque Juampi Sorín se mandaba al ataque y no recibía la descarga del volante que debía hacer de pivote, mi padre siempre me preguntaba sobre el paradero del algún jugador, la formación de algún equipo y cosas por el estilo. Si no sabía la respuesta, salía disparado hacia mi habitación, traía mi colección de revistas El Gráfico y libros de fútbol para buscar la información requerida. También jugábamos con los nombres y apodos de los jugadores y técnicos. Si el apellido lo permitía, hacíamos chistes con juego de palabras. Él me elogiaba por mi memoria y por lo que sabía en aquel entonces. Jugadores con apodos de animales, me decía y empezábamos: Perro Arbarello, Pájaro Caniggia, Conejo Saviola, Ratón Ayala, Toro Acuña, Oveja Telch...

Pasaron los años, las enfermedades lo asechaban y él ya no era el mismo; y yo tampoco. Pero el ritual seguía ahí, si es que el trabajo me lo permitía.

Siguieron las mismas preguntas: ¿qué fue de la vida de Nico Diez?, ¿en cuántos equipos jugó el Loco Abreu?, ¿ dónde nació el Pity Martínez? o ¿cuántos años tiene el Coco Basile? La diferencia es que todo lo buscaba con mi teléfono celular. Cosa que lo maravillaba porque no podía creer que algo tan chiquito tenga tanta información. Eso me hizo revalorar las cosas.

El alemán estaba haciendo de las suyas y yo lo notaba más disperso con el correr de los partidos. Cada tanto tenía sus momentos de lucidez y lograba hacerme reír de nuevo. Siempre con alguna cargada contra un jugador o ex jugador de Boca.

El año 2014 lo disfrutamos como aquel 1997. Porque volvió Ramón, que nos sacó campeón. Porque vino el Muñeco Gallardo y nos regaló la Copa Sudamericana, la Recopa y nuestra última Copa Libertadores que disfrutamos juntos.

Una vez, viendo Estudiantes-Arsenal, apareció en la pantalla Lucas Viatri(ex jugdor del equipo de la ribera) y mi padre dijo: “Mirá ¿Qué otro número le van a dar que no sea ese?”. Viatri estuvo preso por asaltar una peluquería en Castelar y en el Pincha Rata usaba “La 9”. Me hizo llorar de la risa y esas lágrimas se mezclaron con otras de tristeza cuando me dijo: “Qué bueno! Todavía puedo hacerte reír”.