Gallardo y sus jugadores después de recibir la medalla. Todavía no caen por la repentina derrota.
Gabriel Barbosa, festejando el segundo gol. Luego se iría expulsado.

El sábado 23 de noviembre se definió el campeón de la Copa Libertadores de América. La primera final a partido único que jugaron River y Flamengo. El título lo consiguió de manera increíble el equipo brasilero. Un desenlace que sólo este deporte nos puede brindar y que justifica por qué es considerado el deporte más apasionante del mundo.

El encuentro lo empezó ganando el conjunto millonario con el gol del colombiano Rafael Santos Borré a los 14 minutos. El equipo dominó casi todo el partido bloqueando todas las líneas del equipo rojinegro y anulando a su goleador Gabriel Barbosa, Gabi Gol.

El equipo argentino pudo haber ampliado la diferencia con el aquella jugada de Rodrigo Palacio, que tuvo un buen partido. Palacio y Matías Suárez probaron de larga distancia durante todo el partido.

A los 56 minutos Flamengo tuvo una oportunidad muy clara en la polémica por la mano de Nicolás De La Cruz y la atajada de Armani. Para el VAR no fue penal.

Enzo Pérez, Martínez Quarta y Pinola jugaron muy bien. Pérez por su despliegue y recuperando pelotas y los defensores firmes despejando y quitándoles la pelota a los rivales.

Los últimos minutos River sintió el desgaste que hizo en controlar el juego de los brasileros. Ingresaron el pibe Álvarez por Nacho Fernández, el chileno Paulo Díaz por el lesionado Milton Casco y Lucas Pratto por el Comandante Borré. El técnico de River, Gallardo, suele acertar con los cambios pero en este caso no fue así. Salvo en el segundo cambio, por causa de fuerza mayor, me resultó llamativo que entraran Julián Álvarez y Pratto en vez de Ponzio y Scocco, que para mi humilde opinión hubiesen sido los correctos. Y no lo digo por ser “el diario del lunes”, sino por convicción.

A los 88 minutos de juego, Pratto erra un pase y Bruno Henrique hace una jugada magistral apilando jugadores para pasársela a De Arrascaeta, que exigido alcanzó tocar la pelota para habilitar a Gabi Gol para que empuje con el arco a su merced. 1 a 1.

En el minuto de adición, un pelotazo para el goleador brasileño, que aprovecha la desinteligencia entre los zagueros millonarios para dar vuelta el partido. En 3 minutos, Flamengo le quitó el título que parecía tener seguro el equipo argentino.

Ahora bien, mi reflexión es: soy hincha de River. ¿Me dolió la derrota y por cómo se dio? Sí. ¿Tengo derecho a enojarme e insultar a los jugadores? No. ¿Cómo me voy a enojar con Pratto por aquel pase errado? ¿Voy a descalificar a Pinola por aquel error en el segundo gol después del tremendo partido que hizo? Los resultadistas lo hicieron y recayeron injustamente sobre el delantero de River. A mí en mi casa me enseñaron a ser agradecido. Yo no me olvido de los goles de Pratto a Boca y en la final de la Recopa. Yo no me olvido de todas las alegrías que me mio, que fueron muchas. Soy agradecido con un equipo que me representa, que nos representa a todos los hinchas de River. Un claro ejemplo fueron las palabras medidas de Felipe Luis, que respetuosamente dijo que el millonario fue mejor y que por las cosas del destino, ellos se llevaron la gloria.

No sé si se termina el ciclo de Marcelo Gallardo en River, por lo pronto queda otra final más: la de la Copa Argentina el 13 de Diciembre a las 21:10 en el Estadio Malvinas Argentinas. Sólo me queda dicir, una vez más, gracias por tanto.