Como todo en la vida, el más preparado, el más estudioso, el más determinado y el más disciplinado tienen mayores opciones de lograr lo que se proponga, mejores notas en el colegio, un cuerpo bien formado en el gimnasio, un cerebro con mucho conocimiento, todo esto aplica por la lógica, pero el día de ayer la UEFA Champions League nos muestra que en el fútbol la lógica siempre es desafiada.

Anfield Road, uno de los campos en donde todo amante del fútbol quisiera jugar, un ambiente impresionante con aficionados que agotan su voz con cánticos en apoyo a su equipo usando el mítico " You will never walk alone", este estadio albergó el día de ayer el que para muchos ha sido el mejor partido del año en toda Europa, se esperaba un Liverpool totalmente ofensivo, haciendo gala de su fútbol vertical, con mediocampistas ingresando al área a finalizar las jugadas, con los laterales llegando a la línea de fondo colgando balones y con sus atacantes desequilibrando con sus regates a la defensa rival, y eso fue exactamente lo que obtuvieron los espectadores; Por otro lado los colchoneros enseñaban sus armas haciendo oficio defensivo como normalmente acostumbran, replegando las líneas y aprovechando espacios para contragolpear.

Un partido donde en la primera parte se vió a un Liverpool un poco cohibido con respecto a lo que sería la segunda mitad, sin embargo, mucho más valiente que lo mostrado en el Wanda Metropolitano, mientras que el Atlético ocasionalmente enseñaba los dientes para que supieran que estaba ahí esperando su oportunidad, llegando con un 1-0 al descanso los ingleses gracias a un gol de mediocampista holandés Wijnaldum al final del primer tiempo, se veía a lo lejos un panorama muy nublado para los de Diego Pablo Simeone, 45 minutos eternos en tu propio campo contra el para muchos mejor equipo del mundo.

La segunda parte fue un monólogo del lider de la Premier League donde el larguero, la defensa y el mejor de la noche, el portero Jan Oblak mantuvieron el resultado hasta llegar a un tiempo extra donde un gol tempranero de Firmino hacía creer que todo estaba hecho para los "Reds" pero dos goles de Marcos Llorente que ni siquiera fue titular en el partido y con complicidad en uno de ellos del portero del Liverpool produjeron una muerte lenta a los de Jürgen Kloop que luego serían nuevamente golpeados por Álvaro Morata solo a minutos de concluir los últimos 15 minutos.

Al finalizar el partido y ver todo lo que había pasado nos encontramos con un equipo inglés con 71 % de posesión del balón , 34 oportunidades de gol contra 10 de los rojiblancos, 3 salvadas de Adrián sin mucho peligro contra 9 de Oblak de oportunidades claras de gol, un poste para los de Liverpool y mucha contudencia y suerte para los españoles, hay que aceptar que en la vida no siempre el más preparado es el que llega más alto, hay muchos factores involucrados, lo único seguro después de ver lo que se vivió ayer en Inglaterra es que los partidos sea contra quien sea, hay que jugarlos.