El Eibar venció al Real Madrid 3 - 0 (Escalante, Enrich, Kike) en Ipurua.

El Real Madrid, incluso en medio de la plaga de lesiones que va amainando, presentó hoy un 11 muy fuerte. En la ausencia de Carvajal y Casemiro entraron Odriozola y Ceballos , y aunte tan bien se ve sobre el papel, pocos o nadie sabían lo mal que iban a desenvolverse este 11.

El Eibar fue brillante, entró al partido con las ideas claras y el Real Madrid no pudo responder. La pregunta durante toda la temporada para Lopetegui fue "¿cómo puede el Real Madrid romper los entramados de los equipos sobre el papel modestos?". Hoy, más bien Solari, se estaba preguntando cómo meterse en campo contrario sin tanto esfuerzo, porque al Real le costaba horrores pasar del centro del campo con el balón controlado. Mendilibar puso una línea de presión arriba y optó por dificultar con la acumulación en la medular donde se veía que Ceballos no estaba en su medio natural.

El Real Madrid suele desenvolverse bastante bien en esas situaciones, ya que permite a la supuesta calidad de su centro del campo salir de la presión con tringulaciones. Pero Modric y Kroos no pudieron obtener el balón en buenas posiciones pues la presión del equipo eibarrés era asfixiante. Había espacios a las espaldas de la defensa local, pero los hombres de Solari no podían vencer la trampa del fuera de juego del Eibar que funcionaba de manera eficiente.

Ceballos no es un centrocampista defensivo. Puede echar una mano defensivamente al encargado del trabajo defensivo, como puede ser Casemiro, pero solo no, imposible que funcione. Tal vez Valverde o Llorente harían mejor cometido. Un 4-2-3-1 con cualquier compañero haciendo de doble tapón funcionaría bien, pero Ceballos estaba solo. Ponía empeño, trabajó duro, y cuando su equipo tenía la posesión hacía bien su trabajo porque es lo que sabe, tener el balón. En fin, no es su culpa, habría que mirar a quien le puso en esa posición.

Un problema recurrente en las últimas dos temporadas: se necesitan uno o dos pases acertados para quebrar al Real Madrid. Siete jugadores del Real Madrid estaban dentro y alrededor del área cuando Ceballos falló un disparo que rechazó en la defensa del Eibar que llevó a una contra que cogió desguarnecido el maltrecho sistema defensivo merengue. Con Ceballos fuera de su sitio la contra del Eibar es vertiginosa y termina en gol de Escalante que tuvo que ser analizado por el V.A.R por posibilidad de fuera de juego que finalmente no existe.

No se vió ningún ajuste en la segunda mitad en el equipo de Solari para ayudar a estabilizar el mediocampo; y mientras el Real Madrid seguía luchando para salir de la presión con posibilidad de llegar con peligro al área rival el Eibar anotó su segundo gol en el minuto 52. Un cambio de juego en defensa de Kroos a Odriozola no fue acertado por este último en el control del balón y,

por supuesto, la presión del rival, Cucurella, estaba cercana que penalizó el error con el segundo gol. Cucurella cedió a Enrich para que mandara el balón a la red. Además la jugada propició la lesión, otra más, de Odriozola.

Cinco minutos después, Raphael Varane quien hasta ese momento era uno de los jugadores más entonados del Real Madrid se quedó completamente dormido y permitió que Kike Garcia se le adelantara para anotar el 3-0 definitivo.

Simplemente no hubo respuesta del Real Madrid. Con 3-0 en el marcador y tal como se había desarrollado el partido nadie esperaba que el Real Madrid fuera remontar, ni siquiera sacar algo positivo pero tal vez sí dar el do de pecho, arrinconar al rival, crear ocasiones...pero nada de eso. Se deberían de conformar que el resultado no fuera más amplio.

Una señal reveladora fue que Sergio Ramos le pegó balones largos inalcanzables a Marco Asensio por la espalda. No hubo proceso creativo en el ataque del Real Madrid. Defensivamente, Marcelo comenzó a arriesgar más en ataque y dejó espacios para Orellana, y el Eibar tuvo muchas oportunidades de anotar su cuarto gol.