En el mapa moderno de la selección masculina de los Estados Unidos, ciudades alemanas como Dortmund, Bremen y Hannover son tan destacadas como Nueva York, Dallas y Los Ángeles.
La escuadra estadounidense que enfrentará a Inglaterra e Italia durante la próxima semana tiene seis jugadores con sede en Alemania: John Brooks (Wolfsburg), Weston McKennie (Schalke 04), Christian Pulisic (Borussia Dortmund), Julian Green (Greuther Furth), Bobby Wood ( Hannover, cedido por Hamburgo) y Josh Sargent (Werder Bremen), y hay muchos más de donde vinieron.
Los internacionales senior Fabian Johnson (Borussia Monchengladbach), Alfredo Morales (Fortuna Dusseldorf) y Timothy Chandler (Eintracht Frankfurt) también juegan en la Bundesliga, mientras que el respetado prospecto de los New York Red Bulls, Tyler Adams, ha estado fuertemente vinculado con un movimiento hacia RB Leipzig.
Entonces, ¿por qué Alemania?
Una explicación es que las culturas de juego de las dos naciones encajan bien, ya que ambos países ponen énfasis en la carrera dura y el fútbol de ataque rápido.
Los jóvenes futbolistas estadounidenses suelen considerarse fuertes, atléticos y con una mentalidad ganadora aguda. Alemania actúa como una especie de escuela de fútbol, proporcionándoles la disciplina de lanzamiento y los conocimientos tácticos necesarios para triunfar al más alto nivel.
Otro factor importante es la forma en que Alemania maneja a los futbolistas que provienen de fuera de la Unión Europea. Mientras que la Premier League, por ejemplo, requiere que los jugadores no pertenecientes a la UE hayan jugado en una cierta cantidad de los últimos partidos internacionales senior de su país para calificar para un permiso de trabajo, no hay tales barreras en la Bundesliga.
"La razón obvia [por la que tantos estadounidenses juegan en Alemania] es que es accesible para ellos, sin tener que saltar por los aros para que la FA obtenga un permiso de trabajo", dijo Cherundolo. "Los permisos de trabajo no son muy difíciles de alcanzar, siempre que tengas 18 años de edad".
La presencia de tantos jóvenes jugadores estadounidenses con talento en Alemania es un regalo para los mercadólogos de la Bundesliga, para quienes EE. UU. Es un campo de batalla clave para el espacio de marketing global con las otras grandes ligas de Europa.
De serguir por este camino, podremos ver a Estados Unidos convertirse fácilmente en el gigante de la CONCACAF.
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