Desde pequeños nos enseñan el valor del deporte para una vida saludable y como un modo de aprender a trabajar en equipo, a pensar en el colectivo, ayudar al compañero, a competir, a disfrutar, para socializar, aprender a superarse cada día, además de muchos otros valores. Nos enseña que el entrenamiento, la disciplina es importante para obtener resultados.

En qué momento se tuerce todo para que en una celebración de un trofeo conseguido por la selección española lleve a un sector del público a gritar insultos contra un jugador por el único hecho de ser jugador de un club concreto. Además, los insultos se dirigieron al F.C. Barcelona, que poco o nada tenía que ver con el acto.

Fiesta manchada por unos pocos maleducados, carentes de respeto, pese a que algunas aficionadas defendieron al jugador en el momento en el que hablaba. Se ha normalizado que el público que acude a un evento relacionado con el fútbol pueda insultar sin castigo. Pasó con Vinicius, pasó dos semanas antes con Guardiola en el Bernabéu, y pasa cada día en "todos los estadios de fútbol". En esta ocasión, hasta en la celebración de un título.

Cambiemos esto pronto y que esos valores que se enseñan cuando eres pequeño, se sigan enseñando a los mayores.

¡Nos leemos pronto!