El Tour de Francia ya ha recorrido 1.569 de un total de 3.329 kilómetros. Se han disputado nueve jornadas en una competición pasada por el nerviosismo, las caídas, los abanicos, las averías mecánicas y las pérdidas de segundos importantes. Desde este martes comienza la verdadera batalla entre los favoritos a pelear por el título de la ronda gala. La carretera se pone cuesta arriba con la aparición de los Alpes, y el ciclista que no esté en condiciones pagará su precio. Los pedalistas colombianos Nairo Quintana y Rigoberto Urán deberán comenzar su descuento en la clasificación general. ¡Bienvenida la montaña!
Serán cuatro días claves esta semana, de los cuales en tres se terminará en ascenso. El atractivo Alpe d’Huez estará en medio de esta travesía.
“Me encuentro en una buena posición para afrontar el resto del Tour con mucha motivación. Ahora, con la montaña, la motivación es diferente porque estamos en nuestro terreno”, aseguró Nairo.
Por su parte, Urán reconoció: “Arranca el otro Tour; quedan los Alpes y los Pirineos, queda bastante carrera para recuperar. No sabemos cómo están los rivales porque vienen etapas importantes”.
Después del día de descanso, la etapa 10 tendrá salida en Annecy y terminará en Le Grand-Bornand, sobre 158 km. Será el primer veredicto para los capos de las escuadras. Aunque la jornada no finalice subiendo, habrá cuatro ascensos complicados. El primero será desde el km 29 hasta llegar a La Croix Fry, puerto de primera categoría. Sin embargo, esta ascensión y la de Plateau des Glières (premio especial) no deberían tener complicaciones, pese a lo exigentes, y el pelotón guardaría fuerzas para unos kilómetros más adelante.
Los movimientos se podrían dar en la travesía que habrá entre el Col de Romme y la Colombière, ambos de primera categoría. El último, ubicado a 14,5 km de la meta. El fuerte paso que seguro se pondrá en la penúltima subida, con rampas hasta del 9 por ciento, irá desgranando el pelotón y quien no esté con fuerzas o atento pagará el precio.
El Tour solo tendrá tres llegadas en alto y hay que sacarles el mayor provecho. Este miércoles será el primer final en ascenso. La llegada a La Rosière promete una guerra incesante. Será una jornada corta (108,5 km), pero de mucho cuidado por la velocidad a la que irán. Antes de llegar al último puerto del día se tendrá que escalar por el Montée de Bisanne y el Col du Pré (ambos premios especiales) y por la Cormet de Roselend (segunda).
El ascenso final a La Rosière tendrá dos momentos difíciles. En total se subirán 17,6 km con rampas promedio del 5,8 por ciento. El inicio de la cuesta es pedaleable. Sin embargo, a mitad del puerto, la carretera se inclina más y se puede llegar a escalar a más del 9 por ciento durante casi 7 km.
El jueves serán tres ascensiones de categoría especial en el programa, con final en el mítico Alpe d’Huez, y con las largas subidas de La Madeleine y La Croix-de Fer, separadas por el espectacular Montvernier, servirán para hacer una selección casi definitiva, con una llegada a meta después de 21 curvas.
La sufrida, dolorosa, exigente subida al Alpe d’Huez será de 13,8 km de ascensión con rampas a más del 9 por ciento, en el que solo en los últimos metros habrá un descanso para pedalear. Será un día muy importante y casi definitivo en el que la clasificación general comenzará a perfilar a sus combatientes finales.
Debe ser un escenario perfecto para atacar, para saber Nairo y Urán de qué están hechos. En esa jornada hay que recuperar, ganar y mandar un mensaje a los rivales. El Alpe d’Huez es una montaña conocida, histórica y estrechamente aliada para el ciclismo colombiano. Será un día más que clave.
Y el sábado aparecerán las dificultades de media montaña. Los primeros 90 km serán tranquilos. Habrá un puerto de segunda y uno de tercera antes de subir el último, de segunda, a 2 km de la meta. El Croix Neuve, con rampas de dos dígitos, es corto pero duro.
Comentarios