Cuando en la época de los '90 se llevaron a cabo las primeras competiciones de videojuegos, nada habría hecho presagiar que una competición entre 16 jugadores como en aquel maravilloso Netrek, se convertiría a día de hoy en ligas que mueven cifras millonarias, tanto a nivel económico como a nivel humano.
Todos aquellos que hemos visualizado como mínimo uno de estos eventos, hemos sido conscientes de la expectación que provocan estos nuevos ases de los deportes de élite, y digo esto a pesar de que haya quien considere que jugar a un videojuego pueda ser llamado deporte. Pero, ¿por qué ahora se considera que los E Sports son una novedad cuando juegos tan aclamados por aquel entonces como Counter Strike o Warcraft ya tenían un lugar de culto en las competiciones online? Para mí, la respuesta es muy sencilla: la evolución de internet y todo lo perteneciente a su entorno.
Por aquellos tiempos, las mejores conexiones estaban destinadas a cibers, donde los chavales con más o menos poder adquisitivo reclamaban un puesto en una de aquellas sillas, que distaban mucho de los cómodos centros de juego que existen ahora, para buscar partidas tan rápido como fuera tecnológicamente posible, antes de que llegase el límite de tiempo que fijaba su cartera. Ahora, años más tarde, el modem de 128kb conectado a la red telefónica ha trascendido a la categoría de leyenda y las conexiones de internet figuran en practicamente todos los hogares. Cualquiera, a cualquier hora, en cualquier lugar del mundo, dispone de la posibilidad de elegir uno de los miles de juegos online que existen, free to play, pay to win o mixtos, y convertir el lugar donde está sentado en un entorno de entrenamiento constante.
En definitiva, los E Sports, ya existían mucho antes de la llegada de Clash Royale o Fortnite, pero en aquellos rústicos días, las empresas no dedicaban sus esfuerzos a comercializar su producto a través de campeonatos online, sino a través de revistas que ofrecían incluso demos de los juegos más novedosos. Pero claro está, los tiempos cambian y la forma de vida, también.
Comentarios