Competidores de Sanda en su pesaje previo. Foto de Anita Medina

El título de mi reflexión vino de una ocurrencia que tuve cuando vi una película que se supone un mundo de ficción. Parece imposible concebir una plataforma espacial llena de personas obesas, limitadas en sus movimientos, con cuerpos tan débiles, pesados y acortados, que, no son capaces de caminar en sus propios pies. Es una historia aterradora, donde aparentemente: ¡son felices!

La ficción nos alcanza, y cada vez son menos las personas capaces, de tocar las puntas de sus pies, son menos los humanos caminando por el parque para llegar al super mercado, gozando de un paseo por el campo o siendo embestidos por un juguetón y oloroso canino. La ficción nos alcanza y parece que ahora, es más preciado un trozo de metal con plástico que un cuerpo saludable y funcional.

Niños mexicanos practicando artes marciales. Foto de Anita Medina.

¿Por qué nos movemos menos?

La confederación nacional del deporte CONADE, en conjunto con INEGI y el sistema nacional de salud, declaró a la diabetes una emergencia nacional en el 2016. Incluso se tomaron medidas, (claro insuficientes), para revertir este fenómeno que se está comiendo a la población mexicana. EL bombardero publicitario de las enormes empresas que regulan el destino de todos nosotros, es imparable; nada importa frente al creciente consumo de refrescos, alimentos transgénicos y comida chatarra, que supera por mucho los programas de alimentación saludable implementados en las escuelas públicas. El motivo es simple y se explica con dos palabras: adicción y publicidad.

No se puede hacer mucho frente a lo que las estadísticas publicadas en marketing directo.com, definen como un bombardeo diario de 300 anuncios que, a países de alto consumo como EUA, le generan una percepción anual de 674 billones de dólares.

Competidor profesional cuidando su peso. Foto de Anita medina

México enfermo y obeso.

La académica del Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana y directora Ejecutiva del International Life Sciences Institute de México, informó que México es el país con más niños obesos en el mundo y el Distrito Federal es la entidad con más sobrepeso del orbe, lo que en el actual momento de transición epidemiológica nos pone en una situación riesgosa.

La alta prevalencia de sobrepeso y obesidad en todos los grupos de edad se hizo más evidente con la publicación de los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut), que revela que más de 70 por ciento de los adultos mexicanos padecen sobrepeso o sufren de obesidad, condición que hoy se considera una enfermedad sistémica incurable. Entre los adolescentes la cifra es de 35 por ciento y en los niños casi alcanza ese mismo porcentaje.

Hoy, la primera causa de muerte tanto para mujeres como para varones es la diabetes mellitus. La mayor causa de ceguera en nuestro país es la diabetes mellitus mal tratada; la segunda causa de muerte son las enfermedades del corazón, en particular la isquémica, y más de 40 por ciento de la población adulta padece hipertensión.

Engordar y enfermarse resulta muy caro.

Sabemos que un refresco de dos litros es más barato que una botella de agua, también se considera una “inversión inútil” pagar una clase de acondicionamiento físico, muy poco valorada en comparación con una bolsa de diseñador o un costoso atuendo, sin embargo, la realidad es que, de acuerdo a cifras del sistema nacional de salud, Las familias que tienen un enfermo diabético, suelen dilapidar patrimonios enteros, tratando de rescatar a un familiar que regularmente, no logra el cometido, pero si consume los recursos privados y públicos en el intento.

Familia mexicana combate la obesidad. Foto Anita medina

¡Muévete México!

La conclusión es simple: bajemos de la plataforma espacial, olvidemos el celular una hora por día y salgamos a caminar, dejemos el auto encerrado, y vayamos a tomar una clase que nos acondicione y nos permita recordar y mover nuestro cuerpo.

En la lista de compras, como prioridad deberá estar siempre la inversión en salud, de otro modo, la plataforma de consumo seguirá sirviéndose de nosotros, para alimentar un sistema que no nos beneficia y si, nos priva, lenta y paulatinamente, de nuestro derecho y libertad para existir.