Hace unos días cumplió 32 años, ¿en qué momento de su carrera se encuentra?
De momento en uno muy bueno, tanto deportivo como personal. Cuando vas cumpliendo años te das cuenta de que todo pasa muy rápido, pero cuando miras todo lo que has conseguido y todo lo que te queda por delante, lo haces con orgullo y con ilusión.
¿Sigue disfrutando en la pista tanto como cuando tenía veintitantos?
Se disfruta de manera diferente. Son momentos distintos y lo que te atrae en cada uno es también diferente, pero a mí me encanta jugar al baloncesto, competir y ganar. Marcarme cada año unos objetivos es algo que me motiva mucho. Quizás ahora asimilo mejor y más rápido lo que me va pasando. Al principio, tenía la ilusión de jugar o enfrentarme a jugadores a los que había visto durante mucho tiempo. Todo parecía más inalcanzable. Pero ahora llevo las cosas de otra manera: casi todo el mundo es más joven que yo y trato de que la experiencia me ayude a conseguir mis objetivos.
Cuando juega al pick & roll, ¿el pase lo tiene en mente o lo decide en ese momento?
Tiene parte de scouting: de saber a quién te enfrentas, a quién vas a atacar... y cómo va a reaccionar. Al principio, sí que era una decisión del momento, lo decidía en un microsegundo, pero ahora sí que, con más experiencia, tengo la idea de qué voy a hacer. Cuando juegas al pick & roll, sabes quién te está poniendo el bloqueo, quién te defiende y quién te va a saltar del bloqueo. Comienzas la jugada con una idea en mente, pero sí que es cierto que tienes que tener la agilidad para tomar una buena decisión. A mí el pick & roll me encanta.
¿Es con lo que más disfruta en la cancha?
Puede ser. El bloqueo directo o el bloqueo en transición es algo que me gusta mucho.
Hablando de las Ventanas, no estará con España en ésta.
Sí, mi idea era estar, pero sí que es cierto que el timing no es el mejor. Terminé la temporada el 10 de junio, faltaban 15 días hasta la concentración, y he terminado con las molestias típicas de una temporada tan larga. Creo que lo más sensato era descansar. El año pasado tuve tiempo para hacerlo y eso me vino muy bien para aguantar toda la temporada sin perderme prácticamente ni un entrenamiento. Ahora lo mejor para mí es descansar y recuperarme para poder estar en la Ventana de septiembre.
Con una temporada con tantos partidos, ¿tiene sentido este calendario?
Es complicado. Deberíamos llegar a acuerdo por el bien común. Creo que la FIBA y la Euroliga deberían ceder en cosas, marcar líneas rojas y ponerse de acuerdo. A todos nos encanta jugar al baloncesto, tanto con nuestros equipos como con nuestras selecciones, pero no creo que esta situación ayude a nadie. Espero que para la próxima fase de las Ventanas, la cosa se resuelva y podamos hacerlo de una forma más lógica.
¿Los jugadores se sienten un poco ignorados?
Puede ser, pero está todo muy claro: tenemos muchísimos partidos, cada vez hay más y sube también la exigencia. Deberíamos llegar a un punto medio en el que el jugador pudiese también descansar y prepararse. Trabajar individualmente es casi imposible, porque no tienes apenas tiempo para ello.
La Selección de fútbol prescindió de Lopetegui a dos días de que empezara el Mundial. Como jugador, ¿eso afecta al equipo?
Claro que sí y siempre es complicado. También es verdad que cuanta más experiencia tienes, mejor asimilas las cosas, sean buenas o malas. Creo que el equipo tiene mucha experiencia y tiene claro cuál es el objetivo. Está muy unido para sacar una situación que es complicada.
¿Qué tal ha sido su primer año en Rusia?
Una experiencia muy positiva. Es cierto que afrontaba una nueva situación en Europa, en un club de la exigencia del CSKA. Lo he llevado muy bien, tanto en mi vida profesional como personal. Mi familia se ha adaptado rápido y Moscú me ha sorprendido: es una ciudad maravillosa, en la que tienes lo que quieras cuando quieras. Hace frío, pero lo he llevado mejor de lo que esperaba. Sí que me ha costado más el no poder comunicarme, porque hay poca gente que hable inglés. Mi día a día en el equipo es muy llevadero, porque sí hablamos en inglés, pero en la calle eso era más complicado.
¿Cómo vivió el pasado verano? Su adiós a la NBA, su vuelta a Europa...
Mi deseo era seguir en la NBA, pero no en cualquier circunstancia. Con 31 años, quería estar en una franquicia que me permitiese crecer dentro del equipo y sentirme en un proyecto que fuese a medio plazo, no a tan corto plazo como me pasó en Philadelphia. Cuando vi que esa situación no se iba a poder dar, que era la más beneficiosa para mí y para mi familia, es cuando miré a Europa. El equipo que más interés tenía es el CSKA. El Madrid ya tenía el equipo hecho, había ofertas de otros... pero creí que lo mejor para mí era vivir una experiencia en el extranjero y estar en un equipo que aspira a todo.
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