La temporada 2022/23 está resultando una auténtica montaña rusa para el equipo de la ciudad de Los Ángeles.

El juego de la franquicia púrpura, en la primera parte de la temporada - esa que marca los partidos jugados antes del All Star - se podría definir como un quiero y no puedo. Encomendados cada noche a la magia y sacrificio de Lebron James, no hay atisbos de un equipo trabajado sino más bien de un grupo de colegas que se reúnen para jugar y que improvisan en función de los que esa noche estén disponibles, siendo Darvin Ham una especie de monitor de chicos marginados que les deja corretear por las canchas y que los recoge cuando ya se han divertido los suficiente. Llevamos meses preguntándonos que sería de este equipo si Lebron no jugara o no lo hiciera al nivel que lo hace casi siempre. Un Westbrook que solo él mismo cree que sigue siendo una estrella, y que los demás ya no saben como decirle que eso ya pasó; Anthony Davis, mermado por las lesiones y constantes recaídas que no le han permitido coger un punto de forma necesario, que le haga estar a la altura de lo que se espera de un high class como es él. Y el resto, que podemos decir del resto... Una banda de soldados de mejor fortuna cuyo rendimiento hasta ahora roza la decepción. Beasley, Reaves, Christie a los que se suponen especialistas en defensa, asisten noche si y noche también a siestas continuas de las que parece no querer despertar. Scottie Pippen Jr., por favor, ¿Cómo es posible que este chico sea hijo de su padre?.

Ahora, recién iniciada la segunda parte de la temporada, se comienzan a ver destellos de algo parecido a un equipo. Vanderbilt, Hachimura, Rusell y Gabriel empiezan a equilibrar una rotación donde se asumen roles definidos y responsabilidades que no solo deben cargar las estrellas. Y aunque todavía no hay rachas de triunfos que permitan decir que hay un cambio de tendencia, es cierto que el juego de este equipo comparado con el de principios y mitad de temporada, como mínimo tiene dos cosas que no tenía: criterio y sentido. Al menos, ya saben a lo que tienen que jugar. A donde les llevará solo el transcurso de partidos lo decidirá, ¿Será suficiente para entrar en play off?. Están cada vez más cerca.