Los Nationals celebraron la clasificación a la Serie Divisional de la Liga Nacional. Foto: MLB.

Otro año más, se está comprobando que el juego por el Wild Card es de las mejores implementaciones que ha hecho MLB en las últimas décadas. En 2012, por primera vez, apareció el quinto clasificado a la Postemporada, y desde ahí, cada juego para definir al cuarto equipo clasificado para las Series Divisionales es una épica y emocionante batalla.

El día martes, Washington recibió, en un Nationals Park repleto, a el segundo clasificado por el Comodín, Milwaukee. Max Scherzer, abridor estelar de los locales, sería el encargado de iniciar en el montículo, mientras que por Milwaukee abriría su lanzador de la rotación más consistente durante toda la temporada, Brandon Woodruff.

Washington era favorito por la mayoría, en gran parte, por su abridor. Craig Counsell, y Milwaukee sabían que tenían alguna oportunidad si llegaban con ventaja al 5to inning, el bullpen de los Brewers es de los mejores en todas las Grandes Ligas.

Así pues, recibíamos una sorpresa de inicio, Yasmani Grandal conectaría cuadrangular que traería las dos primeras carreras para la visita (Grisham se había embasado por boleto). En el mismo segundo inning, Milwaukee ampliaría la ventaja con jonrón solitario de Eric Thames. Empezaba a palparse la preocupación en Washington, y Dave Martínez no tenía a nadie calentando en el bullpen. Max Scherzer solo había permitido 8 HR en 82.0 IL en juegos de Postemporada. Hoy, ya había recibido dos.

Woodruff solo lanzaría 4.0 IL, recibiendo un único daño en la parte baja del 3er inning con un cuadrangular solitario de Trea Turner. Los jonrones no han desaparecido con la llegada de la Postemporada. Counsell no podía estar más feliz, tenía la ventaja, su abridor le dio cuatro innings de mucha calidad, y venía la mejor parte de su pitcheo, el bullpen. Scherzer terminaría su labor con 5.0 IL y 3 ER, a partir de ahí, sería el momento de Stephen Strasburg, quien Dave Martínez había advertido que estaba disponible para relevar.

Strasburg terminó lanzando 3.0 IL a la perfección. Solo permitió un par de hits, y Milwaukee nunca pudo montar una amenaza real con él sobre el montículo. Hizo la tarea, mantener el juego cerrado, y vaya que importante fue. Por Milwaukee, Suter lanzaría un inning, que se complicó, pero logró sacar el cero. Luego vendría Drew Pomeranz que confirmó que fue un gran movimiento de mitad de temporada para los Brewers, lanzaría 2.0 IL perfectos, enfrentó a seis y retiró la misma cantidad.

De esta manera, llegamos a la parte baja del octavo inning, el punto de inflexión del partido. Counsell trae a Josh Hader, su mejor relevista, para sacar los últimos dos innings. Cabe una acotación antes de seguir: Hader, tuvo 7.2 IL sin permitir una sola carrera la pasada Postemporada. Sin embargo, este relevo sería muy diferente. Sacaría el primer out (K) sin mayor inconveniente, luego golpearía (en una jugada dubitativa) a Michael Taylor. También poncharía a Trea Turner. Con dos outs, y hombre en 1B, empezaría el olor a epicidad. Ryan Zimmerman entraría como emergente y conectaría un hit que caería en tierra de nadie, luego de partir el bate en el contacto. Anthony Rendon, en un turnazo, sacaría boleto, y llegaría el turno para el muchacho de 20 años, Juan Soto, quien enfrentaba el turno más importante de su joven carrera con bases llenas y dos outs. En cuenta de 1-1, chocaría la bola a un pitcheo en zona de strike y la depositaría en el RF, el juego se empataría con ese imparable, pero vendría el gran error de la noche. Grisham, corriendo en diagonal a la pelota, intentó acortar terreno para tratar de hacer el tiro a home y evitar el empate, pero se pasó en la carrera y la pelota le pasó por un lado, esto permitiría a Rendon anotar desde 1B y poner a los Nats arriba 4-3. Posteriormente, atraparían a un Juan Soto efusivo entre 2B y 3B para terminar el inning. Nationals Park rebosaba en alegría y era una fiesta.

Juan Soto celebraba luego de poner arriba a su equipo y ser puesto out entre 2B y 3B. Foto: MLB.

Daniel Hudson vendría a lanzar en la última oportunidad para la visita, que se quedaron con la miel en los labios, y no pudieron hacer mucho en la 9na entrada. De esta épica y emocionante manera, los Nationals se clasificarían a la Serie Divisional de la Liga Nacional para enfrentar, a partir del jueves, a los Dodgers.

Lo irónico del béisbol, y la vida: los Nationals, caracterizados por una gran rotación y no tan buen relevo, permitieron todas las carreras con su abridor estelar, Max Scherzer. Los Brewers, caracterizados por su gran bullpen y no tan buena rotación, permitieron 3 de las 4 carreras del encuentro (1 de ellas sucia) con su relevista estelar, Josh Hader.

Gracias béisbol, una vez más, por otra noche memorable y apasionante.