Los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, realizados en Buenos Aires ya son historia. Fueron realmente brillantes, desde todo punto de vista. Estuvieron a la altura de los JJOO. Y la gente participó de tal manera que hizo de cada jornada una verdadera fiesta.

Los juegos Olímpicos de la Juventud, Buenos Aires 2018, serán recordados por los argentinos, y particularmente por los porteños, quienes organizaron y disfrutaron un evento extraordinario para nuestro país. Muy pocas cosas, se le podrán comparar. Al éxito organizativo (elogios recibidos por todos, incluso del propio presidente del COI), hay que sumarle el éxito deportivo para Argentina. Si bien no hubo "medallero oficial", ya que el Comité Olímpico Internacional no pretende igualarlo a los JJOO tradicionales, sino más bien, remarcar el espíritu del deporte como evento cultural y de unidad de los pueblos, Argentina logró ubicarse en el top ten con una cantidad de medallas ámpliamente superior a la de cualquier otro evento.

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Pero, como dice el refrán: No todo lo que brilla es oro. Por lo tanto, en la evaluación hay que ser cautos. El comité olímpico argentino, el gobierno y las asociaciones y federaciones deportivas no pueden subirse al carro del éxito y pensar que el deporte nacional no profesional ha dado por fin el gran despegue. No es así. Muchos paises tomaron este evento para que sus jóvenes promesas vinieran a tomar contacto con sus pares y conocer el mundo olímpico antes de dar el salto a las grandes competiciones. Otros, mas estrictos, ni siquiera enviaron a sus mejores deportistas, ya que prefirieron hacerlos participar en las competencias mas exigentes de sus especialidades. Tal el caso de EEUU y Gran Bretaña.

Nuestros jóvenes deportistas aun están en edad escolar. No todos podrán seguir practicando sus deportes a tiempo completo. De hecho, muchos de los que lo hicieron descuidaron la escuela, según admitió el entrenador de hockey sobre césped, Marcelo Garrafo, al diario Clarín. Además, habrá que ver cuantas nuevas disciplinas que se vieron en esta oportunidad, se trasladarán directamente los juegos tradicionales, en el mediano y largo plazo. El Breaking y el Beach Handball fueron dos de las grandes sensaciones en esta ocasión.

En lo que hace a la estructura deportiva, nuestro pais, tiene excelentes centros de alto rendimiento y un sistema de becas que permite a los mejores exponentes llevar a cabo un trabajo de entrenamiento y de competencia permanentes, pero que suele ser insuficiente para todos los deportistas amateurs que hay a lo largo del territorio.

En tal sentido, no es un dato menor, los cambios en la estructura gubernamental. Diógenes de Urquiza se hará cargo en los próximos días de la Secretaria de deportes de la Nación. En sus primeras declaraciones periodísticas, confirmó que tendrá un presupuesto para 2019 muy por debajo de los años anteriores, a la vez que admitió que tendrá que realizar un ajuste económico producto de la crisis económica que vive el país. Obviamente el funcionario aseguró tener muchas expectativas de seguir mejorando con ideas innovadoras y apostando al apoyo también de las empresas privadas en el desarrollo deportivo. "No puede ser que el deporte viva sólo del Estado" dijo De Urquiza al diario deportivo Olé.

El éxito deportivo no será empañado por nada, pero el futuro es incierto. El brillo alcanzado no puede encandilar a ninguno de los que toman decisiones para no volver a fracasar. Y no sólo hablo de medallas, sino de mejorar un nivel de infraestructura deportiva que permita dotar a la juventud de herramientas para lograr vivir una vida digna más allá de los escenarios deportivos.