El cambio climático es el mal de nuestro tiempo y sus consecuencias pueden ser devastadoras si no reducimos drásticamente la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, los impactos del cambio climático ya son perceptibles y quedan puestos en evidencia por datos como:

El aumento de la temperatura global en 2016 fue de 1,1 grados, el mayor de la historia de la humanidad

La subida del nivel del mar
El progresivo deshielo de las masas glaciares, como el Ártico

Pero hoy también estamos viendo los impacto económicos y sociales, que serán cada vez más graves, como:

Daños en las cosechas y en la producción alimentaria

Las sequías

Los riesgos en la salud

Los fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas y huracanes

En los peores escenarios probables que los expertos reflejan, el aumento de temperatura podría llegar a los 4,8 ºC para final de siglo. El cambio climático es un problema global que alcanza una perspectiva ambiental, política, económica y social en la que las peores previsiones también implican enormes pérdidas económicas. Y es que cuanto más tardemos en actuar, mucho más elevadas serán las inversiones para la adaptación al aumento de la temperatura.

Todavía en 2016, el 85% de la energía usada en España provenía de combustibles fósiles o energía nuclear. De hecho España, junto con otros cinco países de la Unión Europea, acumula alrededor del 70% de todos los gases de efecto invernadero del continente.

Por si eso fuera poco, la última reforma del sector eléctrico frena las energías renovables, penaliza el autoconsumo energético y fomenta energías sucias, como la extracción de petróleo y el fracking, un sistema altamente contaminante que permite extraer gas o petróleo fracturando el subsuelo.

La solución

El sector energético, debido a su uso de energías sucias —petróleo, carbón y gas—, es uno de los mayores contribuidores al calentamiento global. Unas 90 empresas son responsables de casi las dos terceras partes de las emisiones mundiales. En España, las grandes eléctricas —Endesa, Iberdrola y Gas Natural Fenosa— siguen apostando por una energía contaminante en la que no tienen cabida las renovables, por eso trabajamos para que este modelo insostenible cambie.

La revolución energética en manos de la ciudadanía es el camino: con las energías renovables se conseguirán paliar los efectos del cambio climático y lograr una eficiencia energética que generará puestos de trabajo y reducirá los costes de electricidad. La Unión Europea y sus Estados Miembros, solo podrán avanzar y prescindir de los combustibles contaminantes y de la energía nuclear si permiten que la ciudadanía participe y se beneficie de la transición renovable.

Qué puedes hacer tú

¡Actúa con tu consumo! Adoptando unas sencillas medidas de eficiencia energética en tu casa ahorrarás dinero y contribuirás en la lucha contra el cambio climático.

¡Súmate a Greenpeace! Sé parte de nuestra organización para exigir a gobiernos y empresas que adopten políticas y prácticas sostenibles. Donde una persona no llega, un colectivo sí.

10 acciones para ayudar al medio ambiente

Escoge una o varias. Recuerda que velar por nuestro planeta nos corresponde a todos.

1.- Reducir-reusar-reciclar: implementar las tres R permite disminuir la cantidad de basura que se genera y mejorar sus procesos de manejo

2.- Cuidar el agua y apagar la luz: para disponer de agua fresca y de electricidad, es necesario gastar energía. Con simples medidas como apagar las luces que no se ocupan, reparar filtraciones, aprovechar al máximo la luz natural o aislar apropiadamente tu hogar, puedes disminuir considerablemente el consumo de energía.

3.- Plantar árboles: los árboles proveen oxígeno, previenen la erosión de los suelos controlan las inundaciones y también sirven de refugio para los animales silvestres. Si plantas algunos, harás del planeta un lugar mejor.

4.- Proteger las fuentes de agua locales: si cerca de tu hogar hay un río, lago o incluso el mar, no lances basura en ellos. Tampoco botes desechos como pintura, aceite o productos químicos directamente a la tierra, porque puedes contaminar las napas subterráneas.

5.- Manejar menos, caminar más: si necesitas usar un vehículo para llegar a tu lugar de trabajo, usa el transporte público, o comparte el carro con vecinos o colegas. Y si tu oficina no está tan alejada de tu hogar, puedes levantarte un poco más temprano e irte caminando o en bicicleta.

6.- Comprar productos que sean eficientes en términos energéticos: existen una serie de electrodomésticos y aparatos que consumen poca energía y, a la vez, entregan un servicio de calidad.

7.- Adquirir productos elaborados localmente: esto te permitirá reducir tu huella de carbono, ya que podrás utilizar menos bolsas plásticas, contribuir al menor gasto de combustible por traslado de productos y usar menos material de empaque, entre otras cosas.

8.- No tirar basura: aunque parece algo obvio, muchas personas que van por la calle o arriba de sus autos, botan papeles, bolsas, chicles, colillas de cigarrillo o cualquier cosa que consideren basura, sin tomar en cuenta que su actuar tiene un gran impacto en el medio ambiente. Si tú lo haces y quieres convertirte en un eco-friendly, debes necesariamente cambiar este hábito.

9.- Comprar productos reciclados: para reconocerlos, debes buscar si tienen el símbolo del reciclaje (las tres flechas verdes que forman un triángulo) en sus empaques. También acostúmbrate a usar menos bolsas plásticas y a llevar a tus compras tu propia bolsa      re utilizable.

10.- Únete a un grupo ambiental que luche contra la contaminación: así podrás ofrecer tu ayuda para proteger a la Madre Tierra.