El pasado sábado me disponía a ver con emoción el Derby de Madrid, el partido más importante de la jornada del fútbol español. Tanto el escenario, como el contexto y los protagonistas se prestaban para ver 90 minutos de fútbol de primer nivel. Sin embargo me encontré con un espectáculo lamentable; y no porque los equipos no jugaran un fútbol propositivo, sino por culpa inservible y mediocre arbitraje español.

Un penal a Vinicius que no era, un gol de Griezmann que no debió subir al marcador y un sinnúmero de acciones que rozaban lo ridículo. Lo más triste es que esto es algo que se repite semana tras semana en el fútbol español y que perjudica tanto a clubes grandes como pequeños.

El problema no es el VAR como atizan muchos, sino la aplicación e interpretación que le dan los árbitros a este. Me resulta absurdo que un hombre estudioso del reglamento, que se gana la vida de esto sea incapaz de juzgar correctamente jugadas en las que se puede dar un veredicto claro y contundente. Lo más surreal de todo es que aún con la ayuda de la tecnología hoy, febrero de 2019, existan errores arbitrales en el fútbol.

Debo aclarar que el VAR es perfecto, es la mejor implementación que le ha sobrevenido al fútbol moderno y ha logrado darle la justicia que tanto necesitaba este deporte. Sólo basta con ver cómo fue usado el VAR en el Mundial Rusia 2018 o como la tecnología tiene un porcentaje de acierto casi perfecto en la Bundesliga y la Serie A. Es aquí cuando nos damos cuenta que el problema radica en el deplorable nivel del arbitraje español y no en la tecnología que tanto ha sido golpeada y criticada por culpa de la mediocridad e inutilidad humana.

Pareciera que en España hubieran decidido boicotear intencionalmente el VAR o hubiera algún tipo de conspiración en su contra, porque es simplemente inaudito el uso que le dan en La Liga. Contra toda lógica, los árbitros españoles prácticamente se rehúsan a usar el monitor en cancha del VAR para revisar de primera mano las jugadas dudosas, tal como sugiere el protocolo de FIFA. Por el contrario, prácticamente dejan todas las decisiones en lo que digan o dejen de decirles lo árbitros encargados del VAR que chequean las repeticiones minuto a minuto.

En todas las ligas vemos como cuando hay una jugada polémica, si los árbitros encargados del VAR notan algún posible error que pudo habérsele escapado al árbitro principal, le sugieren que revise la jugada en el monitor tal y como se puso el modelo en el Mundial. Luego de esto, el árbitro principal toma una decisión luego de ver la repetición. Este modo de operación casi siempre ha funcionado de forma acertada, menos en España donde ni siquiera le dan utilidad. Y ni mencionar los fuera de juego, donde es incompresible que haya errores con la ayuda del VAR. En una jugada donde no hay que interpretar nada, sino sólo ver si un jugador está delante de otro o no, es ridículo que se equivoquen.

Tal ha sido el descaro que ha tenido La Liga en el uso del VAR que la FIFA se vio en la obligación de emitir un comunicado en donde recomendaban con imperiosidad a los árbitros el ir a revisar personalmente las jugadas polémicas en el monitor y decidir por ellos mismos. Obviamente en España han decidido desoír todo esto y el resultado ha sido el mostrado hasta ahora.

Si sólo tomáramos como ejemplo La Liga para formarnos una opinión sobre el uso del VAR en el fútbol, concluiríamos que no sirve para nada. Pero la realidad es que todo es culpa de los árbitros españoles, quienes son capaces de juzgar dos jugadas idénticas usando criterios diferentes y con veredictos distintos. En España deben seguir los lineamientos establecidos por FIFA con respecto al uso del VAR, unificar los criterios de modo que todos se guíen por el mismo reglamento y educar al árbitro; porque de lo contrario seguirán siendo la burla de todo el fútbol europeo.