El partido de la jornada en cuanto al atractivo y la importancia que tenía. Manchester City que viene de unos tropiezos ante Leicester y Crystal Palace no podía perder puntos de nuevo y para ello debían enfrentar al todo poderoso Liverpool que en esta temporada se encontraba invicto en Premier League y pasando por un momento espectacular.

Arrancaba el partido y parecía todo una partida de ajedrez, un ritmo alto para ambos clubes, pero con poco acierto y riesgo en sus pases de 3/4 de área en adelante; ambos equipos presionaban alto y tenían miedo de perder la pelota en zona de gestación; por lo cual preferían saltar líneas, incluso si debían de rifar el balón, poca participación de Henderson y Fernandinho por lo mismo.

Una ocasión de gol increíblemente clara para el Liverpool se gestó tras una muy buena jugada colectiva que derivaría en un disparo en el poste de Mané y que tras un error garrafal de comunicación entre Stones y Ederson en el que ambos quisieron llegar a un balón muerto en el punto penal y un rebote en el defensa central, el balón terminaría siendo despejado de manera milagrosa por el mismo Stones sobre la línea a menos de 1 centimetro de ingresar el balón en su totalidad.

Casi finalizaba el primer tiempo y parecía que las cosas salían como el Liverpool estaba planeando, pero tras un desborde de Bernardo Silva por izquierda y un centro con zurda, el Kun Agüero controlaría y remataría de manera violenta para batir a Alisson y poner así al conjunto ciudadano por delante en el marcador.

Empezaba el segundo tiempo y se veía como Liverpool intentaba ser más incisivo, pero sin tener mucho éxito en generar ocasiones claras, jugadas de fuera del área que no complicaban a Ederson.

Todo cambiaría cuando Klopp hacía ingresar a Fabinho por Milner, optando por una especie de 4-2-3-1 con Wijnaldum como enganche pero rotando con los externos, cambio que saldría a la perfección, Fabinho y Henederson liberaban a Alexander-Arnold y Roberton en defensa.

Un centro de Trent pasadísimo derivaría en un cabezazo de Robertson que llegaba por sorpresa por detrás de todos y que de esta manera asistía a Firmino para que el Liverpool empatara el partido.

Quedaban menos de 20 minutos de partido y de repente Sané tras una muy buena jugada de Sterling que recorrió el campo de derecha a izquierda sacaba un latigazo cruzado e inatajable para Alisson.

Finalizaba el partido 2-1 con victoria para el conjunto de Manchester y lograban de esta manera cortar el largo invicto que tenía Liverpool en la liga.