Me asumo un purista del fútbol. De esos que prefieren el caño, el lujo en vez de una patada y un gol con jugada elaborada al bambazo desde larga distancia.

Es difícil hablar de pobreza en el fútbol en la era de Messi y CR7, pero hace un tiempo a esta parte que me hace ruido un criterio que, para mi gusto, fue cambiando con el tiempo. Las goleadas.

No voy a descubrir nada si digo que el fútbol actual es diferente al de sus inicios.

Las goleadas a principios del siglo XX eran moneda corriente y uno de los motivos principales era el esquema que utilizaban los equipos de aquella época. Cinco delanteros y dos defensores. Hoy en día alguno que otro técnico lo usa como manotazo de ahogado cuando tiene que convertir un gol para clasificar a la próxima ronda o salvarse de un inminente descenso.

Por aquellos años era más usual ver un 12 - 1, 9 - 0, 8 - 5, etc. En el mundo contemporáneo cada tanto se registran goleadas de dos dígitos a equipos poco conocidos o de selecciones potencias en el deporte que golean a algún país recién independizado. Escandalosas victorias como la del año 2001, donde Australia le ganó 31 - 0 a Samoa Americana.

Pero el motivo de mi escrito no es repasar las mayores goleadas de la historia, sino, como expresé más arriba, analizar un criterio que hoy ya no es el mismo a la hora de considerar el resultado de un partido como goleada.

En la actualidad es considerado goleada un 3 - 0. Concepto en el que disiento bastante. Recuerdo que en la década de los '90 la goleada era a partir del 4 - 0. Ustedes dirán: “Bueno, un gol más, un gol menos”.

Hoy un 3 - 0 lo pueden calificar como apabullante o baile. A veces el trámite del encuentro refleja o justifica ese adjetivo que suelen usar periodistas, pero en otras ocasiones el equipo que gana simplemente tuvo suerte o puntería, mientras el equipo que perdió tuvo tenencia de pelota y más oportunidades de anotar.

Los equipos que empiezan ganando desde temprano y a los 10 minutos ya marcaron 3 goles, suelen quedarse o conformarse con esa distancia, en vez de ir en busca de más goles. Algunos dicen que es porque se apiadan del rival. Para mi gusto es una falsa modestia y una manifestación de soberbia bajar la intensidad de la competencia por considerar inferior al otro equipo.

Se registraron casos donde los equipos que ganaban por 3 goles fueron empatados sobre la hora o inclusive derrotados. Partidos que justifican por qué el fútbol es considerado el más lindo del mundo. Eso no lo voy a negar. Pero el resultado parcial de 3 goles arriba no lo considero una garantía, eso está claro.

Así que todo esto es para decirles que no estoy de acuerdo que la humilde generosidad del 3 - 0 sea definida como goleada. Disculpen si esperaban algo más desarrollado o elaborado, pero resulta que cada tanto me gusta desahogar o liberar un capricho que vive en mi cabeza desde hace un tiempo.