La rivalidad entre Estudiantes de La Plata y Gimnasia y Esgrima de La Plata es tan fuerte como la de River y Boca o la de Newells Old Boys y Rosario Central. Tal es así, que la idea de compartir una cancha, como hacen el Inter de Milán y AC Milán, fracasó de manera contundente.

Martín Palermo y Guillermo Barros Schelotto asistieron al mismo colegio, el Sagrado Corazón, pero en distintos años. El Titán defendió los colores del Pincha Rata y Guillermo los del Lobo. En un clásico, Palermo se fue expulsado tras pegarle un codazo al mellizo Barros Schelotto. Ambos fueron figuras en sus equipos.

Se destacaron tanto en los equipos de La Plata, que Boca Juniors los contrató para que formen parte del plantel. Siendo totalmente profesionales, y dejando el pasado atrás, sus rendimientos fueron superlativos potenciándose uno con el otro. “Centro de Guillermo, gol de Palermo”. Entre ambos, convirtieron 247 goles en el xeneize. Consiguiendo un total de 11 títulos: Apertura 1998, Clausura 1999, Copa Libertadores 2000, Apertura 2000, Intercontinental 2000, Copa Sudamericana 2004, Apertura 2005, Copa Sudamericana 2005, Recopa 2006, Clausura 2006 y Copa Libertadores 2007.

Si hay algo que tienen en común ambos delanteros, es su inteligencia para el juego. El número 7 para entenderlo y el 9 para saber interpretar dónde caerá la pelota en el área para convertir.

De los dos, siento debilidad por el 9; ya que siempre habló en la cancha y todo quedaba ahí. Además, fue un deportista que superó las lesiones más complejas y siempre volvió más fortalecido, rompiendo records y haciendo goles de todo tipo: de chilena, con la cabeza desde la mitad de la cancha, con los ligamentos rotos, de volea. Un jugador que hoy disfruta el lugar que se merece: ídolo de uno de los equipos grandes del fútbol argentino.