Parece que el Chelsea necesita que un entrenador entre a mediados de temporada al equipo para ganar el máximo torneo continental, y el más importante a nivel de clubes en el mundo.

El primer título vino de la mano del interino Roberto di Mateo, ganándole a la bestia negra del Bayern Munich. Con un fútbol tan feo como efectivo, un técnico interino, llegó la primer orejona a las vitrinas de Stanford bridge.

El Segundo viene después de despedir a una leyenda del club, Frank Lampard, después de un inicio desastroso de campaña, sustituido por un técnico que llamaba la atención por su fútbol vistoso, efectivo, pero que pecaba de conservador a la hora de medirse ante equipos grandes. Tomas Tuchel tenía q salir por la puerta de atrás en dos equipos de renombre de Europa para aprender que en los partidos grandes hay q ser valiente.

Cara y cruz con Guardiola, un viejo lobo de mar en asuntos futboleros. Olvidó que los partidos grandes nos son para experimentos, que con 6 mediocampistas ofensivos no se gana a un equipo que ataca como un rayo. A Guardiola le faltó confianza en un Rodri, q diera orden al centro del campo.

63 % fue la posesión de los citizens al final del juego, menos disparos a puerta, menos peligro real. Tuchel dio una clase de simpleza a Guardiola, le ganó en el resultado y le ganó en lo táctico.

Al parecer Guardiola es incapaz de ganar la champions si no está vestido de azulgrana