Los argentinos empatan con Paraguay y tienen obligatoriamente ganarle a Qatar

La Argentina de Messi se llevó una vida extra en la Copa América. En un partido cambiante, Paraguay y Argentina firmaron tablas en el Mineirao. Messi se aprovechó del VAR para firmar de penalti el empate de Argentina, rescatada por su portero, que se lució desde los 12 pasos frente a Derlis González.

La Albiceleste arrancó el partido con nueve jugadores con menos de 20 partidos en la absoluta, cinco con menos de 10. Solo Messi y Otamendi sabían lo que era lidiar con la responsabilidad, sobre todo con la ansiedad en momentos de crisis.

De entrada, Argentina movía el balón con cierta armonía y pausa, incapaz en cualquier caso de acelerar, mucho menos de profundizar. Paraguay, en cambio, tenía su deber fue defender, ordenado para cubrir espacios. Un fuerte ataque contra Argentina, que atacaba con un 4-3-3 y defendía con cuatro volantes. Los contragolpes.

Avisó primero el equipo de Berizzo con un pase vertical a la espalda de Tagliafico. El lateral del Ajax corrigió a tiempo y mandó al córner el remate de Derlis González que tenía destino a portería. La fórmula de Paraguay se repitió por la banda derecha. Esta vez con éxito. Una interminable galopada de Almirón encontró a Richard Sánchez en el punto del penalti para que fusilara a Armani. El enemigo invisible apareció en el Mineirao: los nervios maniataron a Argentina. Tanto fue así que el portero se fue de paseo a cortar un balón, que controló tan mal que tuvo que detener Derlis González con una falta grotesca, solo amarilla para el árbitro.

Agüero apareció en el campo. Y, como contra Colombia, la Albiceleste cambió de actitud. Más ritmo de juego, la pelota más cerca del área paraguaya. De Paul buscó al Kun que, inteligente, le cedió el balón a Lautaro Martínez con mejor ángulo de tiro. El remate del delantero del Inter se estrelló en Piris Leguizamón antes de chocar en el larguero. El rebote lo pescó Messi, pero Roberto Fernández se lució para mandar la pelota al córner. El 10 ya estaba listo para mandar el cuero al área. Entonces, el suspense. El árbitro se clavó la mano en la oreja: una larga angustia para la parroquia argentina mientras se analizaba si Piris Leguizamón había tocado la pelota con la mano en el remate de Lautaro. Messi, por las dudas, se plantó en el punto del penalti con la pelota en la mano. Larga espera, final feliz para Argentina. Messi no perdonó desde los doce pasos.

El partido ya estaba roto y, encima, quedaba mucha angustia por masticar en el Mineirao. Tanta tensión como un héroe inesperado. Ese que estaba en el campo de regalo. Otamendi, paradójicamente el tipo más experimentado de la zaga argentina derribó infantilmente a Derlis González en el área. Penalti tan claro como inmensa la parada de Armani frente al 10 paraguayo. Una parada que dejó viva a Argentina en la Copa América. Tendrá, ganar a Qatar y esperar. Puede clasificar segunda o quedar como una de las mejores terceras. Incertidumbre para Argentina